El Instituto de Ensino Secundario Val Miñor de Nigrán presenta dos elementos cancerígenos en su estructura: fibra de vidrio y amianto. Así lo confirma un informe de la Inspección Provincial de Trabajo de Pontevedra, que avisa de los peligros para la salud que puede suponer la inhalación de las partículas nocivas que desprenden ambos materiales para los 400 alumnos y 36 profesores que asisten al centro. El organismo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social concluye que la Xunta incumple la legislación en materia de seguridad laboral en este sentido y le da tres meses para tomar medidas. Pero la Consellería de Educación no aprecia riesgos, aunque se compromete a llevar a cabo las obras necesarias el próximo curso si aparecieran.

"El techo de los pasillos y las aulas está formado por paneles de fibra de vidrio en avanzado deterioro, produciéndose la dispersión de fibra de vidrio dentro del ambiente del recinto", señala el informe, que indica además que este material "es un elemento catalogado como carcinógeno de tipo 3, según la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer" y considerado como "irritante de los ojos, piel y tracto respiratorio".

Para elaborarlo, los inspectores de Trabajo visitaron el recinto educativo el pasado julio, tras 22 denuncias individuales de docentes, hartos de plantear el problema sin éxito a la Xunta. El director del centro, Fernando Lahuerta, asegura que todos sus antecesores en el cargo informaron de la situación a la inspección educativa sin éxito. El máximo responsable del instituto recuerda que el edificio tiene más de 35 años de antigüedad y que "todos os cursos solicitamos a reparación da carpintería exterior, que causa todos os males. As aulas non están ben illadas e iso contribúe a que se desfaga o teito e a un despilfarro de enerxía importante".

Los técnicos de Trabajo han constatado que la ventilación del falso techo provoca el desprendimiento de paneles por las corrientes de aire y que la fibra de vidrio se disperse a través de unas rejillas orientadas a las aulas. A este respecto, fuentes de la consellería aseguran que la instalación se revisa para comprobar que no genere partículas y que "non semella que existan riscos para a saúde". En el caso de que se aprecie lo contrario, recalcan, los presupuestos del próximo año incluirán partidas para atajar el problema.

"Irresponsabilidade"

Los profesores tomaron la iniciativa al comprobar cómo "cada curso caen varios paneis coa consecuente xeración de pó" y a raíz de su preocupación por la proliferación de casos de cáncer entre el claustro. "Cada ano hai algún compañeiro afectado", asegura Lurdes Arias, una de las docentes, quien insiste en que "é unha irresponsabilidade manter ao alumnado nestas condicións".

Los funcionarios estatales corroboran asimismo en el escrito la presencia de fibrocemento -la llamada popularmente uralita, prohibida desde hace una década- en las cubiertas del edificio principal y del patio, "que sugieren la exposición al riesgo de inhalación de fibra de amianto". La consellería recuerda que este elemento no genera problemas siempre que no se manipule. Ilda Nogareda, otra de las profesoras denunciantes, asegura que existen trozos del material sobre el tejado del pabellón. "Quedaron por alí tirados cando se rematou a obra da cuberta o ano pasado, así que consideramos que pode haber algún risco", explica.