Ha pasado tan solo un mes desde que la Casa de la Navegación abrió sus puertas en Baiona y el número de visitantes se aproxima ya a los cinco mil. La exposición registraba un total de 4.632 personas hasta el pasado miércoles, día 1 de abril, fecha en que cumplía sus primeros treinta y un días en marcha. Cifra que engordará durante las vacaciones de Semana Santa.

Los datos denotan el "interés de vecinos y foráneos por conocer detalles de la historia de Baiona, permanentemente ligada al mar", subraya la concejala de Cultura y Turismo, María Iglesias, quien prevé ampliar el horario de la muestra en verano. Por el momento, puede visitarse de martes a sábado de 10.30 a 14.00 y de 15.30 a 19.00 horas.

El protagonismo naval baionés a lo largo de los siglos preside la colección, que recoge piezas arqueológicas, cartas náuticas y aparejos. Nada más entrar, el visitante se encontrará con un espacio dedicado a su estratégica situación geográfica y una reproducción del petroglifo oiense de Auga dos Cebros, ubicado a apenas unos kilómetros de la villa, el único en Europa que dibuja un barco, prueba de las primeras rutas marítimas procedentes del Mediterráneo hace más de 2.600 años. Allí contemplará, asimismo, planos originales de la costa pontevedresa y huellas de la evolución de Baiona en tierra: desde actas de fundación, piezas del patrimonio mueble del ayuntamiento y planos de fortificación del siglo XVIII, a los que se unen los vestigios hallados en el entorno de Santa Liberata, entre ellos, una moneda del siglo XIII y tapas de sarcófagos medievales.

La arribada de La Pinta a Baiona en 1493, en contraste con la del Scarlet Knight, el robot submarino que surcó el Atlántico desde New Jersey hasta Baiona en 2009 ocupan la zona central de la planta baja del museo. Documentos y objetos traídos del Nuevo Mundo las acompañan.

Ya en la planta superior, se encuentra el apartado dedicado a la pesca, con aparejos y fotografías antiguas cedidas por Esperanza Fernández Vernet. En esta zona, se ubican decenas de piezas cerámicas halladas en el entorno del muelle.

"La vida y muerte en el mar" es otro de los módulos de la exposición, con instrumentos de navegación, además de referencias a los naufragios que conmocionaron a la comarca a lo largo de la historia.

La evolución del faro de Cabo Silleiro también ocupa un espacio privilegiado en la sala. Junto a los cañones del siglo XVII hallados en su entorno, aparecen sus primeras lámparas.

Y, como colofón a la muestra, los visitantes pueden disfrutar de un documental titulado "The treasure divers of Vigo Bay", que relata las peripecias de un equipo de cazatesoros que persiguió sin éxito el rastro del galeón Santo Cristo de Maracaibo junto a las Cíes. Los integrantes de la misión se alojaron en Baiona y las imágenes muestran anécdotas de las costumbres de la población de la época.