El protagonismo de Baiona en la historia vuelve a brillar. Quinientos veintidós años después de recibir a la carabela "La Pinta", maltrecha por los vendavales del Atlántico, con la noticia del Descubrimiento de América, la villa se convirtió ayer de nuevo en puerto "refugio". En esta ocasión no fue una extenuada tripulación la que desembarcó en su territorio, sino una marea humana con ganas de dejar atrás el frío y la lluvia del invierno y de disfrutar de la Festa da Arribada en una jornada primaveral.

La meteorología cumplió con la cita cultural baionesa y animó la celebración con un sol de justicia y agradables temperaturas. Las mejores condiciones para sacar partido a los curiosos espectáculos desplegados por las plazas y calles del casco histórico, que albergaron el ya tradicional mercado medieval con sus variadas viandas y sus diversos productos de artesanía.

Los actos institucionales daban el pistoletazo de salida al amplio programa de actos. Tras el nombramiento de Phillippe Boennec, exalcalde de Pornic, como hijo adoptivo de Baiona, la tradicional ofrenda de coronas a Martín Alonso Pinzón reunió en torno a su monumento a representantes políticos de diversas administraciones, del cuerpo consular vigués y autoridades militares. El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, destacó la especial relación que Galicia ha mantenido con América a lo largo de los siglos, una vinculación económica y cultural que tuvo su origen en Baiona. El alcalde, Jesús Vázquez Almuiña, incidió también en la "gesta que situó a la villa en la historia y que marcó un cambio de época con paralelismos con la actualidad".

Análisis políticos y filosóficos aparte, la villa se centró en ofrecer su mejor cara para divertir a la multitud que contribuyó, como cada año, al crecimiento de su gran fiesta. Una celebración que amplió su territorio este año al parque de A Palma con un parque de aventuras, donde los más intrépidos "volaron" en una tirolina de 82 metros y se lanzaron en rappel por la ladera de Monte Boi. Más tranquilos fueron los paseos en camello y dromedario o burro, la granja de época o las exhibiciones de cetrería, artistas de calle y oficios tradicionales.

Las "Olimpiadas medievales" de los jardines de la Casa de la Navegación, el taller de escritura gótica junto a la biblioteca o la magia en la plaza del Concello atrajeron a los más pequeños. En la playa de A Ribeira, la muestra de tiro con arco y el torneo de justas congregó a miles de personas durante la tarde.

El Real Mercado y las atracciones para toda la familia regresan hoy a la localidad, que ofrece un homenaje a Palos de la Frontera para conmemorar el cuadragésimo aniversario del hermanamiento. Por la tarde, a las 18.00 horas, la playa de A Ribeira será escenario de la representación de la Arribada de "La Pinta".