El servicio de ferry entre el muelle de Caminha (Portugal) y el embarcadero de A Pasaxe, en Camposancos (A Guarda), cerca de la desembocadura del río Miño, se reanudará con probabilidad dentro del primer trimestre del próximo año 2015. El presidente de la Cámara Municipal de Caminha, Miguel Alves, calcula que a esas alturas podría haberse liberado de arena la zona del muelle portugués que impedía el atraque, después de haberse dragado más de 15.000 metros cúbicos de arena que se han ido depositando en lugares determinados de la desembocadura del Miño.

"El servicio de ferry interesa a Caminha, que es el único Concello ribereño que no tiene comunicación directa con Galicia", manifiesta Miguel Alves, culpando del paro en el servicio fluvial a la falta de mantenimiento del canal durante años. El servicio de dragado no ha cumplido con el plazo de tiempo previsto, reconoce, lamentando la gran demora. Considera que las actuaciones de mantenimiento del canal de navegación es competencia que deben asumir los gobiernos de España y Portugal. Hacia la consecución de este objetivo, el alcalde de A Guarda, José Manuel Domínguez Freitas y su homólogo de Caminha, Miguel Alves, escribieron a cargos de Ministerios de los respectivos gobiernos solicitando audiencia, pero no obtuvieron respuesta.

El próximo día 9 de enero visitará Caminha Miguel Poiares Maduro, la actual Ministro Adjunto e do Desenvolvimento Regional de Portugal, un encuentro que Miguel Alves considera "será una oportunidad para encontrar una solución" que asegure un servicio adecuado para los usuarios, al tratarse de un medio e comunicación fluvial con usuarios durante todo el año que multiplica el número en el periodo estival, por la gran afluencia de turistas que lo utilizan. Alves se refirió a que el anterior gobierno local hasta "tuvo instrucciones internas para acabar con el servicio", un criterio muy diferente al suyo. En el año 2013 el ferry tuvo un total de 140.000 euros de ingresos y 270.000 euros de gastos costeados por la Cámara de Caminha. Espera que en su nueva etapa, el transbordador pueda realizar un número de viajes que resulte rentable y no sólo hacerlos con marea alta, como ocurría últimamente.

El barco Santa Rita de Cassia permanece en un astillero guardés.