-¿Es cierto que visitaba a los presos represaliados en San Simón para llevarles comida?

-Si, es cierto. Era una mujer muy valiente y lo demostraba acudiendo a la isla no solo para llevarles comida y ropa, sino también para darles ánimos y esperanza en unos momentos muy complicados desde el punto de vista político. Eran los años cuarenta y no estaba bien visto ayudar a los presos republicanos.

-Quizá por estos gestos era tan querida y admirada.

-Era muy generosa con todos, para mi madre los demás estaban siempre antes que ella. Y siempre demostró su amor a su marido,a sus hijos, a su familia y a cualquier ser humano.

-Es una pena que muriese con solo 54 años.

-Fue una mujer muy querida. El pueblo se paralizó el día de su entierro, el 3 de diciembre de 1956, al que asistieron miles de personas. A mí y a mis hermanos nos enseñó el camino del cielo.