Laurentina Domínguez Espinosa, vecina de Carregal de Abaixo (Amorín) cumplió cien años de edad el pasado lunes, junto a su hijo Enrique, su nuera Celina, con los que vive. El acontecimiento contó con el resto de la familia, entre la que estaba su única nieta, Eva. Sopló las velas y brindó con un chupito de vino de Oporto. Entra a formar parte de la decena de personas con cien o más años residentes en Tomiño.

Ese día especial recibió la visita el concejal delegado de Benestar Social, Suso Montero y del exconcejal José María Regueiro, quienes le obsequiaron con un dulce y un cuadro que le gustó mucho.

La centenaria trabajó en el campo, en Arbo, durante 71 años y otros treinta los pasó en Vigo, antes de trasladarse a vivir con su hijo, en Carregal de Abaixo, en la parroquia de Amorín, donde reside desde hace nueve años.

Laurentina Domínguez nació en Río de Janeiro (Brasil) y llegó a Galicia con sólo nueve meses de edad, en brazos de sus padres, gallegos de nacimiento.

A estas alturas de su vida, su salud es buena, come de todo, incluso sus platos preferidos que son el cocido y los macarrones con carne. Se entretiene viendo la televisión. Las analíticas confirman su buen estado pues "dieron valores de una persona de 25 años", comenta su nieta. El único problema es el oído que le falla un poco, pero no quiere utilizar audífonos.