Han perdido la primera batalla, pero no la guerra al plástico. Los diez niños del comedor escolar del colegio público gondomareño Souto-Donas que acudieron ayer con bandejas de acero inoxidable tendrán que seguir comiendo sobre las de polipropileno. La empresa que gestiona el servicio de catering se negó ayer a servirles los alimentos en las metálicas que sus padres habían comprado para impedir la exposición de los pequeños a las sustancias que consideran que libera el plástico a altas temperaturas y cuyos efectos sobre la salud todavía no están debidamente investigados, según advierte un informe de la Organización Mundial de la Salud al que hacen referencia.

Un representante de la compañía encargada de la comida apeló al protocolo de funcionamiento del comedor y al contrato con la Xunta para llevar a cabo el servicio que debe respetar. El Concello apoya a la firma santiaguesa, dado que la Consellería de Sanidade avala las garantías sanitarias de la vajilla plástica.

Las ocho familias aceptan los argumentos, pero no se rinden. "Ya sabíamos que el polipropileno es legal. Lo grave sería que la empresa lo utilizase sin serlo. Pero también lo fueron en su día el PVC, el amianto o pesticidas como el DDT y ahora están prohibidos", explicaba ayer César Lema, uno de los padres, doctor en Biología.

Solo insisten en la necesidad de aplicar el principio de precaución porque existen alertas del máximo organismo sanitario internacional y, sobre todo, "porque está en juego la salud de los niños", recalca. Por eso se reunirán de nuevo el martes para adoptar nuevas medidas. Por el momento, se plantean buscar apoyo en los pediatras de la zona. "Se supone que los médicos deben seguir las recomendaciones de la OMS y, por tanto, pronunciarse en este asunto", indican. No descartan acudir al Valedor do Pobo u otras iniciativas.