Miembros de la plataforma de afectados por las preferentes del Baixo Miño, apoyados por los de otras zonas, cerraron la sucursal de Novagalicia Banco, situada en la rúa Compostela de Tui, durante más de hora y media, coincidiendo con el mercadillo semanal, para exigir la devolución de su dinero, lamentando que hubiesen transcurrido sin conseguirlo los 90 días que marcó el actual propietario Juan Carlos Escotet, presidente de Banesco, para cumplir su compromiso de devolución del cien por cien de los ahorros a todos los afectados gallegos por la estafa que acumulan y que calculan en un total de 500 millones de euros. “¡Nosotros trabajando y ellos robándonos!”, lamentaba en el interior de la sucursal tudense Suso Durán, de As Neves, que acudió para apoyar. Miriam Rodríguez, portavoz de la plataforma, añadió a la protesta el hecho de que el ORAL no admite los recursos contra las multas impuestas que consideran injustas. “Hoy ha llegado esta respuesta a dos sancionados, como ya le explicamos al capitán de la Guardia Civil que acudió a la sucursal”.

“¡Non pode ser. Nos a aforrar e eles a roubar!”, cantaron los asistentes dentro de la oficina. Miriam Rodríguez, portavoz del colectivo confirmó que “tal como ya hicimos en la sucursal de Tomiño, cerramos la de Tui y a movilizarnos. Cada uno de nosotros dejará por escrito, en ventanilla, que solicita la reunión con el nuevo dueño del banco, el señor Escotet”.

Solicitan la devolución del 100% de los ahorros de los afectados y manifestó que “es una pena que no se una a esta concentración el equipo de gobierno de Tui que acordó y se comprometió a retirar los fondos del Concello depositados en esta sucursal. De momento no sabemos nada”.

Varios asistentes han recuperado sus ahorros y estaban ayer en la sucursal apoyando a los que todavía no lo han conseguido. Uno de los casos es el de Guadalupe Martínez Ramos y su marido Ricardo, de Randufe (Tui). “No nos devolvieron nuestro dinero y además nos impusieron cuatro sanciones en Tui, a cuatro miembros de la familia, por ir a un pleno al que no nos dejaron entrar. Son de 600 euros cada una y las imponen por supuesto desorden público. Está incluida una para multar a mi hijo que ni siquiera estuvo allí”.

A Claudino Pérez Martínez no le devolvieron el dinero correspondiente a las obligaciones subordinadas “y mi hijo, José, no consiguió el que tenía en preferentes y en subordinadas”.

Domitila Vicente, de 81 años y vecina de A Guarda, ya cobró y estuvo allí “para apoyar”. Por su falta de movilidad precisa un andador para desplazarse. Pide que le retiren las dos multas impuestas en O Rosal “en una dicen que salté una valla con el andador; la otra la imponen por supuesto escándalo público”.

Encarnación Santos Sánchez, de 70 años, vecina de Tui, consiguió que le devolviesen lo que es suyo, después de luchar durante dos años. “Me lo devolvieron descontándome lo que les dio la gana”, protesta. Además le impusieron una multa de 100 euros en O Rosal, que pide se le retire.