La huerta ecológica cada vez está más valorada tanto por agricultores profesionales, interesados por esta técnica de cultivo que huye de los fertilizantes y pesticidas químicos, como por los consumidores, que demandan productos más sanos.

Con una perspectiva de crecimiento en plena crisis económica, desde la Concejalía de Emprego de Redondela pretenden aprovechar esta tendencia al alza como salida al paro. Para ello, el pasado mes de octubre iniciaron un taller específico en el Pazo de Pousadouro, con financiación del Fondo Social Europeo, en el que participan quince personas. Con una formación teórica y práctica de seis meses de duración, los alumnos aprenden a crear un huerto en todas sus fases, desde la elaboración de un semillero en un invernadero a la plantación, cuidado y recolección.

"La actividad agrícola va cada vez a más, hay una demanda creciente. Están apareciendo conceptos de agricultura urbana, de autoconsumo, y también está en auge el mercado a pequeña escala, con una distribución cercana de productos de temporada", explica el monitor del curso, Jesús Barciela.

Escasa inversión

Este crecimiento de los productos ecológicos lleva a mucha gente a apostar por volver al campo como medio de salvación a la incesante crisis económica que atraviesa el país. "Si el planteamiento es a pequeña no requiere grandes inversiones, ni una mecanización costosa, ni extensos terrenos, por lo que es una actividad económica factible como salida al desempleo", indica Barciela.

La iniciativa ha transformado los jardines del Pazo de Pousadouro, que se encontraban muy descuidados por la falta de mantenimiento, en un atractivo huerto en bancales circulares en los que crecen lechugas, cebollas, puerros, zanahorias y todo tipo de hortalizas de temporada. "El diseño es por comodidad, para facilitar el acceso a los cultivos sin pisar la tierra", apunta el monitor. En cada uno de ellos se instaló un sistema de riego por goteo, y se utilizó compost elaborado a partir de los restos de poda aportados por el servicio municipal de jardinería.

La mayoría de los participantes se inscribieron en el curso con el objetivo de vincular su futuro laboral a la agricultura, después de meses, e incluso años en el paro. Es el caso de José Castro, encofrador de profesión, pero que el "crack" del sector de la construcción dejó sin empleo y sin perspectivas de volver a conseguirlo a corto o medio plazo. "Llevaba tiempo sin empleo y la agricultura me abre nuevas perspectivas laborales. No es fácil, pero le veo futuro porque cada vez se nota que existe más interés por los productos ecológicos", afirma. Del curso solo tiene opiniones positivas. "Todo lo que aprendemos es muy interesante, trabajamos el proceso de producción completo y ofrece muy buenas ideas. Además hay un gran ambiente de trabajo con los compañeros y la experiencia es muy buena", señala.

Otra de las alumnas, María Victoria Gómez, confiesa que siempre estuvo interesada por la agricultura y los productos ecológicos, así que vio en este curso una oportunidad. "Aunque nadie en mi familia tiene relación con el campo, a mí siempre me gustó. Me relaja mucho cultivar y ahora, con este curso, ya lo he puesto en práctica en mi casa donde me construí unos bancales para crear mi propia huerta", indica. "Y hasta mis vecinos ya se interesan por mis cultivos y me consultan sus dudas como si ya fuese una experta", bromea.

El curso también tiene un fin social, ya que toda la cosecha se donará a las familias redondelanas sin recursos.