El temporal que puso en alerta roja el litoral gallego durante el día de Reyes, aparte de imágenes espectaculares del océano ensombrecidas por la tragedia que azotó a tres miembros de una familia en Valdoviño, dejó un registro récord en Cabo Silleiro donde las olas llegaron a alcanzar los 20 metros.

En A Guarda, la fuerza del mar era tal que las olas, como en Punta Langosteira, superaba el espigón de la localidad sin ningún problema. Marineros de la zona, sorprendidos por la agresividad del mar, confesaban que "llevo 25 años en la cofradía y no había visto esto en mi vida". El mar embravecido proporcionó estos días un auténtico espectáculo en el paseo marítimo y en las playas. Numerosas personas aprovecharon la tarde del día de Reyes para contemplar el manto de espuma que cubría por completo la playa de Area Grande y hasta el monumento al Mariñeiro.

Problemas en toda la comarca

El paso del temporal por la provincia de Pontevedra provocó un reguero de intervenciones y dejó zonas completamente inundadas. En Baiona todavía recuerdan la ola que se llevó por delante 10 metros de de valla en el rompeolas de la villa y que obligaron a cortar durante 24 horas el vial que une la localidad con Baredo.

En Mondariz, en cambio, todavía deberán esperar cerca de un mes para poder utilizar de nuevo la carretera de Cernadela, hundida y partida en dos por un socavón provocado por la presión ejercida por un embalsamiento de agua el día de Reyes tras intensas lluvias.