Gondomar volvió a amanecer ayer bajo el agua. Las fuertes precipitaciones caídas durante la madrugada de Reyes provocaron el enésimo desbordamiento de los ríos Miñor y Zamáns en el casco urbano. Ambos cauces fueron incapaces de contener el torrente que, combinado con la pleamar y con la apertura del embalse de Zamáns -casi al límite de su capacidad-, anegó el parque de A Coelleira, el recinto del Centro de Desenvolvemento Local (CDL) y la zona de la plaza de abastos y el matadero, así como fincas privadas y jardines de algunas viviendas.

Según informó la Policía Local no fue necesario el desalojo de ninguna casa ni hubo que lamentar daños personales, pero el nivel del agua alcanzaba a primera hora de la mañana en algunos lugares como el CDL casi un metro de altura. Además, dos coches tuvieron que ser retirados del agua en la zona del matadero y el puente de Mañufe fue cerrado al tráfico al encontrarse completamente inundado.

A pesar de que el agua seguía cubriendo gran parte de la superficie anegada por la mañana, la situación mejoró a partir del mediodía, una vez que hubo amainado el temporal y la marea baja permitió que las aguas avanzasen hacia la desembocadura en A Foz.

También en Nigrán se dejaron sentir los efectos de la tempestad. Efectivos del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES), acudieron a Camos para despejar el Camiño da Revolta, donde se registraron varios desprendimientos de rocas de grandes dimensiones sobre la calzada. Además, atendieron pequeñas inundaciones en varios domicilios de la comarca, así como árboles y mobiliario urbano derribados por el viento.

En Baiona, donde el principal protagonista fue el mar "a punto de nieve", que invadió los aledaños del paseo Pinzón y la playa Concheira, el viento derribó de madrugada un gran panel publicitario en la entrada a la glorieta del General Santos Peralba desde el vial del litoral, en Sabarís.