La fuerte pleamar obligó ayer a última hora de la tarde a cortar el tráfico en un tramo de kilómetro y medio en la carretera PO-552, entre la rotonda de Villa Rosa y Baredo, debido a la peligrosidad de las olas, que invadían la calzada e incluso derribaron uno de los guardarraíles del vial en la zona conocida como Rompeolas.

La Guardia Civil de Tráfico intervino en la zona a partir de las 19.30 horas y el acceso en ambos sentidos quedó cerrado en torno a las ocho de la tarde, coincidiendo con el momento en que el mar batía con más fuerza en el litoral baionés.

El embate de las olas desplazaró el guardarraíl metálico de seguridad situado al borde de la vía hasta el centro de la calzada, según indicaron fuentes de Tráfico, y el agua alcanzó a los operarios del servicio de conservación de carreteras y agentes del instituto armado que se encontraban en la zona, aunque ninguno resultó herido, aseguraron las mismas fuentes.

La falta de luz y el riesgo de que el mar volviese a inundar la calzada dificultaron las labores de limpieza de la calza, por lo que al cierre de esta edición continuaba prohibido el paso por la zona.

Espectáculo

Aunque el mar bañó y extendió la espuma de sus olas durante casi toda la tarde el paseo baionés de Pinzón, el parque de A Palma y sus aledaños, numeroso público se agolpaba por la tarde en torno a la playa de A Concheira para inmortalizar la singular marea con sus móviles y cámaras fotográficas aún a riesgo de acabar, como mínimo, empapados.

Los curiosos también colapsaron los miradores situados en la zona del Rompeolas. La afluencia de gente en horas de la tarde para ver el espectáculo fue tal que incluso ocasionó retenciones de tráfico en los accesos al casco urbano de la villa real.