El ilustre médico y político republicano Alejandro Otero vuelve a tener un hueco en el callejero de Redondela, su ciudad natal. Ayer, coincidiendo con el 60 aniversario de su muerte en Méjico, el Concello inició los actos que durante todo 2013 se dedicarán a su memoria, tal y como se hizo el año pasado con el intelectual Castro Sampedro.

La corporación municipal, decenas de familiares y miembros de la asociación Alejandro Otero participaron ayer en un multitudinario homenaje al prestigioso ginecólogo redondelano. Estos actos arrancaron a las 20.00 horas con una ofrenda floral en el viejo cementerio de Eidos, a donde se trasladaron en 1955 los restos de Alejandro Otero. La música de los gaiteiros guió a continuación a la comitiva hasta la casa donde nació y vivió sus primeros años -curiosamente, es contigua a la de Castro Sampedro y se localiza en la calle Reveriano Soutullo, ilustre primo de Otero-. Allí se descubrió una placa en su memoria y se leyeron los discursos protocolarios. Finalmente se inauguró una plaza con su nombre, situada también a escasos metros.

Han tenido que transcurrir más de 80 años para que Alejandro Otero vuelva a aparecer en el callejero de Redondela, ya que en el pleno del 27 de mayo de 1931 se acordó bautizar con su nombre la antigua calle Riveiro. La ciudad de Granada, de donde fue rector de la Universidad y edil, ya lo hizo en 1981, y en 2002 se le designó "Granadino Ideal".

Durante su intervención, el alcalde redondelano Javier Bas resumió su biografía, destacando el éxito de talla mundial que adquirió como ginecólogo pero también su trayectoria política, llegando a ser vicepresidente del PSOE y miembro del gobierno de la República en el exilio. Entre las anécdotas, resaltó el encuentro con Einstein en su casa de Granada, "le sirvió una mariscada típica redondelana e invitó al encuentro a sus grandes amigos García Lorca y Fernando de los Ríos", comentó. Finalmente, Bas agradeció "su contribución a la humanidad".

Isaac Araujo, responsable de la asociación Alejandro Otero, alabó las cualidades humanas del médico, aplaudiendo su "humanidad, lealtad y coherencia". "Era un médico y un catedrático con principios, que creía en la igualdad y no en la injusticia", dijo. Ante la fachada de su hogar natal, Araujo lamentó que Otero no hubiese podido regresar a España ni ver la democracia, pese a "haber dado la vida por su país". "Atrás quedan los años negros donde se apedreaba su casa". María del Carmen San José, miembro también de la asociación, leyó un discurso en verso destacando su "valía, nobleza y valor".

Finalmente, Pedro Regojo, sobrino de Alejandro Otero, puso la nota más personal al acto relatando las virtudes de su tío. "Fue un hombre justo, en su esplendor dedicaba mucho dinero al PSOE y le daba la misma cantidad a su esposa, que era de derechas, para que lo entregase a su vez a su partido", comentó. Alabó también su generosidad, "cuidando de las mujeres pobres de Granada una vez a la semana" y, en tercer lugar, destacó su honestidad. "Manejó mucho dinero del partido durante su exilio en París y, sin embargo, tuvo que pedir ayuda a la familia para trasladarse a Méjico, llegando a trabajar en una fundición", dijo. Finalmente, Regojo situó a su tío como un ejemplo de tolerancia, y al hilo de esta cualidad hizo un llamamiento ante la corporación municipal, presente en el acto. "Que las diferentes fuerzas de este pueblo de gigantes se unan para hacer un proyecto común, se sacrifiquen y remen en el mismo barco".