Los bomberos de O Porriño se enfrentaron ayer a un rescate de lo más singular. El 112 avisó de que la propietaria de un cordero pedía socorro, ya que no podía sacar el pequeño animal de agujero donde se había caído, por lo que acudieron los efectivos de Porriño-Baixo Miño.

El animal se había introducido en un agujero de tres metros de profundidad mientras estaba con su madre. Lo estrecho del hueco, por el que apenas les cabía un brazo, obligó a los tres bomberos a tirar de taladro y percutor para ensanchar las paredes. La maniobra duró cuatro horas, lo que hará que el servicio pueda ser especialmente gravoso para la propietaria.

El cordero, en cuanto vio la luz, se puso a mamar, lo que enterneció al equipo que participó en el operativo. "Fue muy bonito", comentaron los bomberos.