Solicitaron licencia, construyeron sus casas y depositaron los avales bancarios para garantizar la ejecución de la urbanización de las calles porque los terrenos todavía no eran solares. Catorce propietarios de viviendas, particulares y sociedades que promovieron adosados en el barrio de A Romana, en A Ramallosa, cumplieron con los requisitos para obtener los permisos hace veinte años, pero nunca llegaron a desarrollar las obras de las calles. Fue el Concello de Nigrán el que las llevó a cabo en 2009, con cargo al polémico plan - del gobierno Zapatero. Han pasado más de tres años de eso. Los trabajos que se les exigían están más que terminados, pero sus fianzas continúan retenidas. En total, superan los 60.000 euros. Lo más grave del asunto es que les siguen generando gastos, puesto que se ven obligados a abonar intereses a sus bancos. En dos décadas, los réditos superan ya el doble del capital inicial.

Durante todos estos años, los afectados solicitaron en varias ocasiones al Ayuntamiento la autorización para desarrollar las obras, pero nunca la obtuvieron por diversas circunstancias, explica Celedonio Villanueva, uno de ellos. Una vez terminada la humanización, tampoco se les devolvieron los avales, pese a haberlo requerido. La normativa los obligaba a responsabilizarse de urbanizar las calles y dotarlas de servicios como el saneamiento, el suministro eléctrico o el alumbrado y no pudieron hacerlo. Así que la paradoja está servida. Y la urbanización, "pagada" dos veces. Una por parte del Estado y otra, por algunos vecinos de la zona.

Los afectados se encuentran agraviados ante la situación. "Resulta que solo unos pocos tuvimos que depositar los avales por unas obras que luego se financiaron con fondos estatales y que disfruta toda la población. Es incomprensible", destaca Villanueva.

Las cantidades aportadas van desde los 3.000 euros (unas 500.000 pesetas en su día) a los 12.000 (dos millones de pesetas de los años 80 y 90). "Para el Ayuntamiento no suponen nada, pero para los particulares resultan muy elevadas, sobre todo porque los intereses ya las duplican. Eso supone mucho esfuerzo para las familias", recalca este vecino.