Azucena Barbeito Pereira celebró ayer sus 100 años de vida con mucha luz. Al anochecer, fuegos artificiales adornaron el cielo de Salceda de Caselas, con preludio y final de bombas de palenque; un regalo brillante y sonoro que, después de la tarta, le prepararon en la residencia Castro Lar, donde vive desde hace dos años.

La anciana nació en Caldelas de Tui, pero es en la casa familiar de Salceda de Caselas donde pasó los mejores años de su vida. Recuerda que acudía cada año desde Salamanca, donde vivió con su marido.

Cuando el paso del tiempo comenzó a pesarle en sus fuerzas y se dio cuenta de que precisaba ayuda, eligió para los cuidados esta residencia de Salceda, cercana a la casa que más amó.

Azucena Barbeito conserva la elegancia e interés por dedicar tiempo a su cuidado personal. Su habitación siempre está ordenada y cuida personalmente de su ropa. Sabe coser y todavía lo hace por gusto. Los momentos que le entusiasman están directamente ligados a las excursiones que se organizan en la residencia. Ella, que camina ayudada por un andador, pasea encantada en el vehículo.

Ayer por la tarde, familiares, amistades, residentes y personal, disfrutaron junto a la dama de una merienda con tarta y velas, pues pocas personas pueden celebrar el primer centenario con tan buenas facultades.