Arturo Torreiro Pérez acaba de cumplir hace unos días cien años en la parroquia tomiñesa de Estás. Es la viva imagen de un hombre saludable, que utiliza la retranca y asombra a los médicos que le controlan: no tiene enfermedad alguna, ni colesterol, ni diabetes, ni ácido úrico. Come de todo.

Mantiene una costumbre de toda la vida: hacer gimnasia cada día antes de acostarse. ¿Será ese el secreto para mantenerse?

A lo largo de su longeva vida aprendió a leer y a escribir solo, a través de manuscritos que encontraba. Se ganó la vida haciendo velas y también fue capador de cerdos. En su DNI consta que nació el 6 de abril de 1912 en Palas do Rei (Lugo), aunque la familia mantiene que su cumpleaños es el 8 de noviembre.

Se casó en Estás y tuvo tres hijos (ya fallecidos) y una hija, Nieves Torreiro Tato, con la que vive en la parroquia tomiñesa. Le adoran también su nieta Alba, empleada en el IES de Tomiño, otros ocho nietos y nueve biznietos.