A merced de los elementos: aire, agua y sol, se alza desde ayer, en el lugar de Fonte Quente, en la zona costera de A Guarda, la obra de arte que recordará la gesta de miles de personas que dedicaron generosamente su tiempo y esfuerzos a limpiar de "chapapote" las costas gallegas. Los impermeables de faena les identificaron entonces como "marea branca". Para ellos ha creado Xabier Garrido Carrera, artista y "percebeiro", su obra maestra a la que se irán uniendo piezas al paso del tiempo.

Un tronco llegado por mar a la costa de Oia, le sirvió de inspiración y es el protagonista principal que conforma el monolito, en el que hay acero inoxidable (para hacer el efecto de faro) y tensores que lo sujetan anclados a la cimentación, para que ningún temporal lo tumbe. A sus pies, sobre lenguas teñidas de chapapote, están colocadas piedras enviadas por personas voluntarias, algunas identificando su origen: Lekeitio, Hondarribia, Praia das Catedrais, Asturias, Comillas (Cantabria), Punta Umbría, Guipúzcoa, León, Astorga, País Vasco...

Casi rodeando el tronco, una enorme roca magmática llamada anortosita, de 6.700 kilos, que se cotiza a 5.000 dólares la tonelada y fue donada. En una placa provisional figura la dedicatoria. Aparte, constarán grabados los nombres de las empresas que ayudaron a que este homenaje lleno de simbolismo sea una realidad, justo el día en que se cumplen diez años del hundimiento del "Prestige".

El alcalde guardés, José Manuel Domínguez Freitas, principal valedor con el que contó la iniciativa, decía ayer que "la suma de pequeñas ayudas, hizo posible el pequeño milagro", para luego recordar cómo sucedió todo hasta lograr "el recuerdo perpetuo a los que nos libraron del "chapapote". Se alza en A Guarda, "un pueblo agradecido y que no olvida", dijo. Xabi Garrido recordó que ayer se cumplían cinco meses desde la muerte de su padre y desgranó una retahíla de agradecimientos dedicados a los implicados. Cada 19 de noviembre volverá al lugar, a colocar más piedras.