El controvertido carril bici Vigo-A Guarda se cobró el domingo sus primeras víctimas. Dos ciclistas resultaron heridos tras caerse sobre los bloques de hormigón que separan la senda deportiva de la carretera PO-552 en la parroquia oiense de Viladesuso. El siniestro no solo ha agudizado la indignación de los cientos de deportistas que se entrenan por la zona, especialmente los fines de semana, sino que les ha empujado a organizar una tercera marcha en bicicleta desde Vigo para reclamar la retirada de los peligrosos obstáculos y solidarizarse con los accidentados.

Los afectados por el carril bici, reunidos en un grupo de Facebook que cuenta con más de un millar de suscritos, saldrán del polígono de Navia a las 10.30 horas y se dirigirán al Val Miñor para manifestar de nuevo su repulsa contra los bloques y los captafaros, una especie de medianas de goma que también suponen un riesgo para su integridad al impedirles sortear cualquier imprevisto en la calzada.

Los dos heridos del domingo son un ejemplo del peligro que ofrecen los bloques de hormigón. Circulaban en grupo hacia A Guarda cuando se les cruzó un gato. Al tratar de esquivarlo, sus bicicletas chocaron contra los muretes. Uno sufrió una brecha en la frente y el otro tuvo que ser trasladado en ambulancia a Vigo con una posible fractura de clavícula.

El alcalde de Oia, Alejandro Rodríguez, reiteró ayer su preocupación por el asunto. Hace meses que solicitó a la Xunta la retirada de los bloques, que a su juicio son "una trampa mortal" tanto para los ciclistas como para los conductores, que tampoco pueden desviarse al arcén en un momento de peligro.

Los deportistas coinciden en la definición que el regidor otorga a los bloques que tratan de separar la calzada de este "carril de la muerte" , como lo denominan ya en diversos foros. Para todos ellos, la solución pasa por dejar la senda ciclista expedita, marcada simplemente con pintura.