Crecente acogió, ayer, una misa solemne oficiada por el obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza, y su homólogo de Abancay (Perú), el crecentense Gilberto Gómez González, al cumplirse 1.100 años de la muerte del mártir natural de la parroquia de Albeos, San Pelayo (San Paio); quien fue asesinado y despedazado en Córdoba, el 26 de junio de 925, cuando tenía trece años, por orden de Abderramán III al negarse a cambiar de religión.

Entonces, su cuerpo fue arrojado al río Guadalquivir y recogido por los cristianos. Ahora sus restos se veneran en el monasterio de las monjas benedictinas de Oviedo, también conocidas como "Las Pelayas". Además, una reliquia de San Pelayo, un pedacito del hueso de su antebrazo, puede besarse en la iglesia parroquial de Albeos. Por este motivo, ayer y durante todo el año, cientos de visitantes acuden a Crecente con motivo del Año Jubilar de San Pelayo.

Monasterio desprotegido

Los fieles que asistieron a la misa aprovecharon para visitar el Monasterio de Albeos, una arquitectura románica del siglo X que ordenó construir el entonces obispo de Tui, Hermigio, tío del mártir San Pelayo. En la actualidad está en ruinas e invadida por las zarzas.

Actualmente esta edificación está incluida en el Inventario Xeral do Patrimonio de Galicia, lo que constituye el nivel mínimo de protección de la Dirección Xeral de Patrimonio y la que comparte con cientos de construcciones que como ésta pertenecen a manos privadas. No obstante, desde Patrimonio se prevé realizar una nueva valoración de estas ruinas en los próximos meses.

Por su parte, la Dirección Xeral de Patromonio ha informado a su propietario de la situación en la que se encuentra el monasterio para solicitarle que lo limpie, sin embargo, con este nivel de protección no puede imponerle ninguna sanción por no hacerlo ni tampoco le puede conceder una ayuda para su recuperación, únicamente sería viable formalizar algún tipo de convenio.

Por otro lado, según confirman desde la Consellería de Cultura, la venta del monasterio si estaría permitida, algo que el dueño está intentando ofertándolo en una página web por 300.000 euros.