Ha vivido de todo en política. Desde el liderazgo de una dura oposición al PP al frente del grupo municipal del BNG, al gozo de acceder a la Alcaldía o a la impotencia de perderla por una moción de censura. Pero Antonio Araúxo se enfrenta ahora a uno de los momentos más difíciles de su paso por la vida pública. Complicado en lo que a sentimientos encontrados se refiere. Sufre el dolor del que abandona una organización, el Bloque, después de 35 años de militancia y, al mismo tiempo, se confiesa "muy ilusionado" con la nueva fuerza nacionalista de izquierdas que nace en el municipio y en la comarca. Junto a él, cuarenta militantes del Bloque en Gondomar han solicitado la baja tras la asamblea nacional de Amio que dio la victoria a la UPG. Todos respaldan la continuidad en la Corporación de los cinco ediles del grupo municipal, el más representativo del nacionalismo en el área de Vigo.

–¿Cuáles son los motivos de la marcha?

–Yo vengo de un tiempo en el que militar en una organización como el BNG costaba dinero y causaba problemas, cerraba muchas puertas. Nunca le he pedido nada al Bloque, ni tampoco el Bloque me ha dado nada. Treinta y cinco años después, los nuevos dirigentes tienen despacho propio y miran hacia otro lado cuando se han perdido 200.000 votos en los últimos años, en vez de tratar de reconducir la situación.

–¿Entregará usted y sus compañeros de grupo las actas de edil, como le pide la Executiva comarcal?

–Yo no, y mis compañeros tomarán su propia decisión. La Executiva cumple su función al pedir las actas. Pero, ¿para qué quiere las actas el BNG en Gondomar si ya no tiene organización al marcharse más del 80% de la militancia? Nosotros tenemos las bases, así que nos corresponden las actas. Esto es una escisión de una formación, en la que cada parte se lleva el capital político que le corresponde. Además, tenemos el respaldo de la asamblea para permanecer en la Corporación. Es una pena que el Bloque se empeñe en salvar los puestos de representación en lugar de haberse regenerado y haber gastado las energías en evitar la ruptura en toda Galicia.

–¿Se podría haber evitado?

–Sí. El BNG siempre funcionó por consenso. ¿Por qué no se buscó el consenso para la asamblea nacional en lugar de imponer unos principios políticos a la otra mitad de la organización? Yo entré en Amio militando en un frente plural y abierto y salí militando en un partido clásico y cerrado en sí mismo. Se deshizo la casa común del nacionalismo gallego.

–Precisamente algunos les acusan de hacer daño al nacionalismo gallego.

–Se lo haríamos si nos quedásemos dentro, como simples cotizantes, acríticos y obedientes. El daño se hace no siendo conscientes de la época en que vivimos. No se puede luchar en el siglo XXI con maneras del siglo XIX.

–¿Cómo queda el nacionalismo en Gondomar?

–El BNG muy debilitado, pero el nacionalismo cobra fuerza. Tanto a la Asemblea Nacionalista de Gondomar como al Novo Proxecto Nacionalista Común do Val Miñor-Oia, en el que nos integramos, se ha unido mucha gente que no participaba en política. A los cuarenta exafiliados del Bloque en Gondomar ya se suman otro medio centenar de personas.

–¿Cuáles son sus expectativas? ¿Concurrirán a las elecciones autonómicas? ¿Y a las municipales?

–Trabajaremos con la nueva fuerza resultante de las escisiones del BNG en el ámbito gallego para acudir a las autonómicas. Respecto a las municipales, mi deseo personal es el de concurrir, pero el tiempo lo dirá.

–En Gondomar ha habido otras escisiones recientes. Del PP ha salido el CDL y del PSOE, IxG. Ninguno se ha acercado al número de votos de sus partidos de origen.

–Son casos completamente diferentes. Sus rupturas respondían a problemas locales internos, porque no los incluían en la lista o por transfuguismo. Nuestra marcha se debe a diferencias políticas con el BNG salido de Amio, por lo tanto no es un problema local.

–¿Qué le diría a los vecinos que piensen que son ustedes unos "cabreados" más o a los votantes que no entiendan su marcha?

–En Gondomar nunca hubo conflictos internos. Los electores pueden estar tranquilos. Vamos a defender nuestro compromiso con ellos con más fuerza e ilusión que nunca.