Louriña

Ambulantes de la provincia piden control sobre todos los mercadillos

El del Alto de San Cosme, en Mos, nació de forma espontánea controlado por los vecinos y sin estar sujeto a ninguna normativa

GABINO PORTO - Mos

Vendedores ambulantes que ejercen su trabajo de acuerdo con las actuales reglamentaciones pidieron control sobre determinados mercadillos que se celebran al margen de la legalidad y donde pueden darse abusos como los denunciados recientemente en Porriño y Pontevedra, y que dieron origen al destierro de varias familias gitanas y al éxodo de otras en protesta por las presuntas amenazas de un clan que pretendía cobrar un canon ilegal por los puestos.

Entre los mercadillos carentes de regulación citan el del Alto de San Cosme, que se celebra entre los municipios de Mos y Vigo. Afirman que esta feria se celebra sin estar amparada en ninguna orden municipal, ajena a las reglas y controlado, al parecer, por la comunidad de montes propietaria de los terrenos.

El mercadillo, que no es el único con estas características en la provincia, nació de forma espontánea hace unos quince años por estar cerca de la ciudad de Vigo, muy próximo a la zona universitaria y a Gondomar; precisamente es una ampliación del mercadillo gondomarense de los domingos.

Uno de los vendedores, que prefiere quedar en el anonimato, afirma que estas zonas de ventas nacidas sin acuerdo oficial y sin amparo legal se prestan a que sean usados para que personas sin escrúpulos hagan sus negocios a costa de los demás. "Aquí los vendedores ambulantes que quieran vender deben someterse al control de los jefes de los clanes, y nadie les puede parar", afirma.

A pesar de estas opiniones, este tipo de mercadillos son los más concurridos y miles de personas acuden los domingos y llenan los más de 10.000 metros cuadrados de espacio de venta.

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