Han tenido que pasar 74 años para que Joaquín Iglesias Portela, "o carpinteiro de San Pedro" que fue concejal progresista en el Ayuntamiento de Nigrán entre 1931 y 1936, reciba digna sepultura. Tras ser víctima de un atroz asesinato recién comenzada la guerra civil en la carretera de A Guarda, arqueólogos del Instituto de Estudos Miñoranos hallaron sus restos en una fosa común de San Xián (O Rosal), en abril de 2009. El largo proceso de identificación forense culminó ayer con la entrega del cuerpo a su familia –que lo enterró en el cementerio de San Pedro–, en medio de un emotivo acto de homenaje por parte de la Corporación municipal y de decenas de vecinos.

El salón de plenos en el que Iglesias defendió sus ideas en la Segunda República acogió de nuevo a Joaquín Iglesias y a otro vecino de Nigrán todavía sin identificar. Y allí intervino su nieta Marina Iglesias para agradecer al IEM y a "todos os que traballan pola memoria histórica" que lograsen cumplir el sueño de su familia: "o remate de algo que parecía ser imposible, que unha alma descanse en paz".

El avanzado pensamiento de Joaquín Iglesias y su obsesión por cuidar a sus vecinos centraron las palabras que el concejal de Cultura nigranense, Juan González, dedicó al homenajeado en la presentación del acto. El director del IEM, Carlos Méixome, también destacó su "compromiso coa xente da súa terra e do seu tempo", una característica también atribuible al intelectual Francisco Fernández del Riego, que falleció el viernes y que compartirá espacio con Joaquín Iglesias en la eternidad, en el cementerio de San Pedro. "Agora os dous ollarán para sempre o mar e a liberdade pola que loitaron durante a súa vida desde o alto de San Pedro", dijo.

La violencia con que fue ajusticiado el concejal centró el discurso de Xosé Lois Vilar, arqueólogo del IEM que dirigió el proyecto de exhumación en San Xián. El cráneo de Joaquín Iglesias presentaba tres orificios de bala que acabaron con su vida de forma instantánea y que condenaron a la miseria a su mujer y a sus ocho hijos, cuatro de ellos fallecidos a temprana edad por tuberculosis.

Por todos los daños a la familia y "por tardar 74 anos en devolver a Joaquín" pidió disculpas el alcalde, Efrén Juanes, en nombre de la sociedad. El regidor manifestó que la única culpa de Joaquín y del otro nigranense exhumado fue "intentar que o mundo fora mellor". Por eso insistió en criticar a aquellos que rechazan este tipo de actos porque "algún problema de conciencia terán".

Mientras el concejal recibía sepultura en San Pedro, el otro nigranense lo hacía en el cementerio civil de O Ceán, acompañado del alcalde y varios concejales.