"Don Darío Álvarez Blázquez nos enriquece coa exemplaridade da súa conduta, coa súa permanente lección de humanidade, de compromiso coa súa terra e as súas xentes... hoxe deixamos con esta placa a testemuña permanente da nosa admiración e alta consideración". Con estas palabras el alcalde de Tui, Antonio F. Fernández Rocha cerraba el turno de discursos en el descubrimiento de la placa que recuerda al médico y humanista tudense, colocada en la casa familiar de la calle de San Telmo de Tui, que recuperará el "número dos" que tenía antaño, a petición de la familia.

Jornada memorable, de sentimientos y afectos con la memoria viva de aquel "home bó e xeneroso". La abría ayer Darío Álvarez Gándara, hijo del homenajeado, quien con voz entrecortada por la emoción rememoró su infancia y la labor que realizó su progenitor en esa casa, sanando y ayudando a mucha gente. No hubieron ambigüedades y también citó la persecución, vejaciones e insultos que recibió su familia por parte de dirigentes franquistas, después de que en el año 36 ejecutasen a su abuelo, el médico Darío Álvarez Limeses. "Somos unha familia unida e firme ante calquera adversidade. Co talante e talento de todos, a familia Álvarez Blázquez ergueuse". Sobre la casa familiar afirmó que "sempre cheirou a pan, que é o máis doce e solidario que existe".

Un joven de la familia leyó la carta que Carmen Álvarez Basso, nieta de don Darío, envió desde El Salvador con motivo del entrañable acto que contó con la presencia del presidente de la real Academia Galega, Xosé Luís Méndez Ferrín, corporación municipal, invitados, amigos y público, en general.

La velada se prolongó en una mesa redonda donde Rafael Sánchez Bargiela, coorganizador del programa, leyó una carta recibida de un cartero de Vigo, José Otero Collazo, quien al conocer el homenaje, relató la ayuda que había recibido de don Darío, quien le atendía sin cobrar y le daba las medicinas, pues el cuerpo de carteros carecía de seguro. Sánchez Bargiela leyó la intervención de Ernesto Iglesias Almeida, cronista de Tui que no pudo acudir al acto. En su escrito revela la vinculación con el médico que le salvó la vida al nacer. Alberto Estévez Piña, amigo de la familia, desgranó un emotivo relato donde se refirió a la tragedia de la familia para que "nunca jamás puedan repetirse los sucesos de la Alameda de Tui".

Le siguió en la palabra Xosé María Álvarez Cáccamo, sobrino de don Darío, a quien citó como "doctor de infalible ojo clínico", con quien practicaba un idioma que había inventado de niño. "Darío y Carmiña Gándara fueron los padres de los Álvarez Blázquez", reconoció en un dibujo familiar en el que abundó Alfonso Álvarez Gándara, hijo menor del homenajeado. Él agradeció este acto "que demorou, pero que non chega tarde".