No han estudiado ninguna carrera universitaria, ni han ganado ninguna competición deportiva, pero cada uno de ellos puede presumir de tener un diploma colgado en la pared de su casa. Son tres vecinos de Fiolledo, en Salvaterra, que acaban de recibir el reconocimiento de su parroquia por superar los 85 años de edad y haber vivido más que la esperanza de vida en Galicia.

Ellas, Amelia González de 86 años, y María González de 85 han dedicado sus vidas a los trabajos del hogar y cuidar de sus hijos; que en el caso de Amelia, fueron diez. Pero además, para ayudar a la economía doméstica se han dedicado a hacer trabajos de costura y de tejer, ya que Salvaterra en el pasado ha sido una zona rica en lino.

El tercer homenajeado fue un varón, José Fontán, de 85 años, quien es conocido en Fiolledo por haber sido trompetista en la Banda de Música Popular de Rubiós, la banda más antigua de la comarca que nació en el siglo XIX. José aún se siente con ganas de tocar la trompeta, sin embargo no puede hacerlo. "Fáltame un dente, e sen un dente non se pode tocar" asegura.

María y José gozan de buena salud y pudieron acudir al acto de homenaje presentado por el presidente de la Asociación de Vecinos de Fiolledo, el historiador Manuel Lamas. Sin embargo, se ausento Amelia por sus problemas de salud que le impiden moverse, en su lugar acudió a recibir el diploma su nuera, que es quien la cuida.

"Comezamos homenaxeando ós maiores de 90 anos fai catro anos e tivemos que ir acortando a idade" explica Manuel Lamas.

El homenaje se celebró con motivo de la fiesta de San Paio, patrón de la parroquia, después de una misa. En él, los niños de Fiolledo les entragaron un obsequio de recuerdo: un ramo de flores para Amelia y María y un jersey con el escudo de la parroquia para José.