Una rosa roja y un féretro. Cada uno de los familiares de los cinco campesinos fusilados en 1937 por su supuesta pertenencia, nunca confirmada, a grupos de izquierdas, fueron entregados a los suyos en un acto que tuvo lugar en el mismo sitio donde permanecieron bajo tierra durante setenta años –14 lustros– hasta que en 2007 se produjo su exhumación por la Asociación Memoria Histórica do 36.

El acto se celebró el domingo, y fue posible después de que los cuerpos de Saturnino Vila Quiroga, Serafín Rodríguez, José Ramírez Vila, Manuel Pérez Vila y José Rodríguez Carrera, todos ellos vecinos de Budiño, fueran identificados por Francisco Exteberría, médico forense de la Universidad del País Vasco, y por la antropóloga Lourdes Herrasti de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que colaboran con la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, responsables de la tareas técnicas de exhumación de la fosa.

Los cuerpos de las personas exhumadas en las fosas comunes en Galicia, son en su mayoría enviadas al País Vasco para su identificación.

En su informe, los expertos señalan que, pese al grado de conservación de los esqueletos, que ha mermado de manera significativa los datos que se pueden obtener de los restos óseos, se puede establecer una aproximación en la identificación, lo que permite entregar los restos de cada uno a sus familiares.

La Asociación Memoria Histórica do 36 de Ponteareas aprovechó su tradicional acto "Rosas pola Memoria", que se celebra por tercera vez, para entregarles a las familias los restos.

Los cuerpos ya identificados ocuparon el espacio de la antigua fosa donde permanecieron setenta años. Cubiertos de flores y una rosa por la memoria, los vecinos do Porriño fusilados en la oscuridad de una de las últimas noches de invierno del año 1937 fueron recogidos por sus familiares que los acompañarán en su último viaje hasta Porriño.

Durante el acto, el alcalde de Porriño, Raúl Francés, anunció que el concello porriñés homenajeará a estos cinco campesinos, de los que sus familiares guardan recuerdos de testimonios orales de otros vecinos.

Sólo se recuerda de ellos que eran agricultores de la zona y nada se sabe de su militancia política más allá de algún sindicato agrario.