Un campo de bolos enrejado, dos pistas de petanca, un parque infantil y coches en todos los rincones. Ordenar estos elementos en la plaza de A Carrasca, en Parada (Nigrán), e integrarlos en un espacio único y versátil fue el reto asumido hace un año, a propuesta del concello nigranense, por cinco arquitectos del máster "Aula de renovación urbana y rehabilitación", de la Universidad de Santiago.

Doce meses después y tras varios contactos con los vecinos de la zona –el último el pasado fin de semana–, Joaquín Gutiérrez, uno de los miembros del equipo, explicaba ayer el resultado definitivo de su propuesta, "a falta de algunos retoques sugeridos por los vecinos".

"El espacio sigue dominado por el campo de bolos, pero la eliminación parcial del enrejado y una lengua verde lo conectarán con el parque infantil ahora aislado", indicó. Además, se mantienen las dos pistas de petanca, "aunque en una posición distinta a la que tienen actualmente", y se conservan los robles antiguos que hay en la zona.

Con respecto a los coches, el proyecto contempla dos zonas de estacionamiento bien delimitadas a ambos extremos del parque. "Hemos tratado de potenciar el uso público de un espacio limitado actualmente a la práctica deportiva y de ordenar una zona desarticulada y podría decirse que hasta caótica", apuntó Gutiérrez.

El alcalde de Nigrán, Efrén Juanes, recordó ayer que la intención del gobierno local es ejecutar el proyecto, cuyo coste estimado asciende a 400.000 euros, con los fondos obtenidos por el aprovechamiento urbanístico que Zona Franca debe pagar al ayuntamiento por el parque industrial de Porto do Molle. Resaltó además el trabajo de este equipo de arquitectos para la recuperación de otras zonas como el Templo Votivo de Panxón, Monteferro y A Ramallosa.