El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Delfín Fernández, no descarta el realojo de los vecinos de la parroquia redondelana de Santo Estevo de Negros afectados por las obras del AVE, si se demuestra que el nivel de ruidos que soportan en sus casas es incompatible con el descanso nocturno.

Fernández mantuvo ayer una reunión en Pontevedra con el alcalde de Redondela, Xaime Rei, y los portavoces vecinales de la parroquia de Negros, afectados por las obras del túnel de la línea del Eje Atlántico en el valle de As Maceiras, que también contó con la asistencia de un equipo de técnicos de la Dirección General de Ferrocarriles.

Los vecinos transmitieron sus quejas sobre los problemas por los ruidos y vibraciones que causa la actividad de las tuneladoras, que trabajan las 24 horas del día, por lo que les impide dormir. Fernández replicó que ya se están tomando medidas para reducir los ruidos, aunque insistió en que la obra tiene que seguir su ritmo, por lo que, de persistir las molestias, se pondrán en marcha otras medidas, entre las que señaló el realojo de los vecinos afectados.

La decisión, según explicó el subdelegado del Gobierno, se tomará tras las mediciones que los técnicos harán en los próximos días "para conocer el nivel de ruido que se registra en cada una de las 14 ó 15 casas afectadas".

Los portavoces de la asociación de afectados Val do Maceiras se mostraron decepcionados con el resultado del encuentro puesto que no consiguieron ningún compromiso firme sobre el cumplimiento de la declaración de impacto ambiental, que en uno de los puntos dice que no se realizarán ruidos entre las 22.00 y las 7.00 horas. Además tampoco se llegó a un acuerdo sobre las medidas para reducir el polvo en el ambiente, reducir la velocidad de los camiones o la sustitución de las vallas de las obras, que eran otros asuntos que preocupan a los vecinos.