La disminución del empleo afecta a toda la población, pero las personas con dificultades para la inserción laboral la notan todavía más. Por eso resulta imprescindible prepararse a fondo para cada puesto de trabajo y llenar el currículum de experiencia. El centro de formación ocupacional Juan María de la Asociación “La Esperanza del Valle Miñor” y el Colegio de Panxón acaban de renovar un convenio de colaboración por el que una docena de usuarios con discapacidad psíquica ya han realizado prácticas como conserjes desde el pasado curso. La actividad continúa este año para que nuevos alumnos aprendan el oficio de bedel.

El presidente de “La Esperanza del Valle Miñor”, José Santoro, y el director del centro educativo, Alejandro Rouco, firmaron el acuerdo del proyecto Practica, por el que los discapacitados acuden al colegio unas horas cada mañana para hacer fotocopias, recados, encuadernaciones, llevar el correo a los despachos, entre otras tareas. Las posibilidades se amplían este curso al servicio de lavandería. “No es un trabajo difícil y estoy muy contento de estar aquí”, asegura Guillermo Fernández Mariño, uno de los beneficiarios de la iniciativa, mientras coloca documentos en la fotocopiadora. A Guillermo le encanta el contacto con la gente, por eso prefiere el colegio o el Centro de Información a la Mujer, en el que trabajó el año pasado, al taller de carpintería del centro Juan María. “El problema es que necesitamos empresas e instituciones que se presten a darles la oportunidad a los usuarios para que hagan prácticas y encuentren su sitio, el empleo que les gusta”, explican Minerva Gómez, directora de los centros ocupacional y de día de la asociación, y María José Reyes, preparadora de integración laboral que acompaña a los discapacitados a sus empleos. “Por suerte, las oportunidades aparecen poco a poco”, recalca Gómez. Y es que los beneficiarios del proyecto Practica podrán optar este verano a prácticas de peluquería en el salón Tesch Estilistas, en Playa América, que les ofrece incluso la opción de incorporarse a un puesto de trabajo.