El apóstol Santiago se representa aplastando a los infieles en la estatua ecuestre que el maestro Ignacio Cerviño esculpió a finales del siglo XIX. Pero desde que preside el atrio de la iglesia ex colegiata de Cangas también ha perdido varias batallas, e incluso algunos atributos físicos, tanto él como su caballo. Desde hace unos días la figura luce sin el antebrazo derecho ni la espada que empuñaba, al parecer fruto de un acto vandálico. El concejal de Cultura e Patrimonio, Xosé Manuel Pazos, ya ha expresado su rechazo a este tipo de acciones contra "elementos simbólicos do patrimonio cangués", y comunicó que tras las fiestas navideñas se hará un estudio y valoración de los daños para proceder a repararlos.

La afrenta no es nueva, y en su secular historia, Santiago "matamoros" y su granítico caballo blanco han sufrido otras amputaciones y también las atenciones de afamados canteros para repararlas. La última vez, de manos del escultor de Nerga Manolo Coia, que en 2006 realizó una intervención sobre el terreno para cimentar algunas piezas y devolverle la espada que le habían robado. El resultado recibió críticas desiguales tanto de los vecinos como de expertos en restauración del patrimonio artístico, algunos de los cuales mostraron sus diferencias sobre el tipo de colas utilizadas para sellarlo, así como por el modelo de espada. En otra ocasión anterior fue el cantero portugués Ribeiro quien recomendó levantar la talla para reforzar todo el monumento con una estructura metálica que le diera mayor consistencia.

El monumento, que representa el triunfo de los cristianos sobre los infieles sin reparar en los métodos utilizados, también dejó en sus más de cien años de vida algunos atributos que aún hoy no ha recuperado, como los genitales del équido o la correa que asegura su montura. En las últimas intervenciones, las dificultades técnicas o el pudor de los promotores aconsejó dejar al margen algunas partes más delicadas, por lo que el animal quedó privado de su capacidad reproductiva y el santo, de poder seguir decapitando moros. Pazos dice ahora que se hará un estudio de los daños y de posibles soluciones, antes de intervenir.