Incertidumbre y malestar por el desajuste de la organización familiar. Decenas de hogares gondomareños con niños menores de tres años llevan dos meses experimentando ambas sensaciones debido al retraso de la apertura de la galescola, que cuenta con 74 plazas y una interminable lista de espera. El alcalde, el nacionalista Antonio Araúxo, espera poder abrirla este mes, aunque no se atreve a comprometerse ni a fijar una fecha exacta. Los padres ya no se creen nada porque han sido varias las ocasiones en que desde el concello les han dado largas.

Confiaban en que sus pequeños acudiesen al centro al comenzar el curso escolar y no buscaron alternativas para la atención de sus hijos. Sus posibilidades se están agotando y exigen la urgente puesta en marcha del servicio o, al menos, una explicación por parte del gobierno local.

El edificio lleva más de un año construido, puesto que lo comenzó el anterior equipo de gobierno. La demora inicial se produjo porque ni PP ni PSOE votaban a favor de firmar un convenio que habilitaba una partida de la Xunta de 30.000 euros para el mobiliario del centro. La situación de minoría del gobierno municipal impedía sacar adelante el asunto en los plenos._Pero los socialistas dieron el brazo a torcer hace un año.

La siguiente excusa se centró en la urbanización del entorno que tardó meses en terminar. Luego llegó la conexión a la red de suministro eléctrico, que también está realizada. Así que, según indica Araúxo, "só quedan uns trámites para que o concello reciba a obra e poña en marcha a galescola". Funcionarios trabajan estos días en dichas gestiones y comprueban el funcionamiento de todas las instalaciones, pero la apertura sigue en el aire.

El retraso ha generado diversas quejas por parte del grupo municipal del PP, cuyo portavoz, Carlos Silva, atribuye el asunto a la "inoperancia" del equipo de gobierno.