La globalización y la urbanización masiva todavía no han borrado del mapa la ayuda entre convecinos. La parroquia baionesa de Baíña es uno de los pocos rincones que todavía vive bajo la filosofía de la solidaridad. Ahora ha llegado el momento de demostrarlo. El incendio que arrasó el pasado viernes, día 28 de noviembre, una nave en el barrio de Río dejó sin medio de vida a Juan Antonio Silva Lorenzo y su familia. Los colectivos han decidido salir en busca de ayuda para hacer más llevadera la desgracia.

El fuego acabó con el galpón, tres tractores, madera y una furgoneta con tan sólo dos meses de uso de la empresa desde la que Antonio vendía leña para cocinas y chimeneas y realizaba trabajos de silvicultura desde hace más de veinte años en la comarca miñorana e incluso en diversos puntos de la comunidad gallega. Todavía no ha echado cuentas sobre las pérdidas, pero para él son "incalculables".

Con los seguros no puede contar. "Tenía uno contra robos, otro de los cristales y otro de responsabilidad civil, pero casualmente no lo había hecho de incendio porque nunca pensé que me ocurriría algo así", explica el afectado.

Para recuperar la empresa, los representantes de los colectivos saldrán a pedir ayudas casa por casa, pero también han abierto una cuenta en la oficina baionesa de La Caixa con el número 2100 1821 60 0100387033 para realizar aportaciones. Por el momento, algunos de ellos ayudan a la familia en la limpieza del recinto. Y es que todos quieren devolver los favores a Antonio, siempre dispuesto a colaborar de forma altruista con sus máquinas, como en los incendios de 2006 o en la marea negra.