Manuel de Santiago González (Goián 1944), párroco de A Guía, en Malvas, y de Frinxo, en Pazos de Reis (Tui), es el autor de la traducción del libro "Los pastorcitos de Fátima", escrito por el sacerdote portugués Manuel Sousa e Silva y que fue presentado el 3 de junio en Madrid por el nuncio apostólico de S.S. en España, monseñor Monteiro de Castro. A las 20.00 horas de hoy tendrá lugar el acto de presentación en el Teatro Municipal de Tui y mañana miércoles en el Seminario Mayor San José de Vigo, a la misma hora.

La preferencia de Tui para dar a conocer la publicación en Galicia viene dada porque una de las videntes, sor Lucía, tuvo la visión de la "Trinidad" en el convento tudense de las religiosas Doroteas. Manuel de Santiago comparte la opinión ya manifestada sobre la nueva publicación a la que se cataloga como "teología de la historia".

- ¿Cómo le surgió la idea de traducir este libro? ?

- Lo encontré, me pareció magnífico y comencé a traducirlo para mí. No conocía a su autor con quien, por casualidad, coincidí en el pueblo portugués de Balazar, en la celebración de la misa de acción de gracias por la beatificación de Alejandrina da Cruz. Después me encargó la traducción la editorial Homolegens, que dirige Javier Paredes.

- ¿Se trata de un libro más?

- No. El obispo de Leiría (Portugal) ha dicho que "está entre los mejores". Lo cierto es que está escrito con el corazón.

- ¿Sus páginas revelan aspectos trascendentales para la humanidad, especialmente para católicos y cristianos?

- Sí. El mensaje va dirigido a todos ellos. En relación a otros libros sobre los pastorcitos, hay diferencias. Por ejemplo que la figura del padre de Lucía, que estaba mal tratada en otras publicaciones, aparece como la de un buen cristiano, un hombre noble y leal, basándose en lo que ha dicho la misma sor Lucía y personas que conocieron a su padre.

- Es evidente el atractivo mundial por la historia de los pastorcillos de Fátima y las apariciones. ¿Usted ha conocido en persona a sor Lucía?

- Tuve la oportunidad de hacerlo y de saludarla en el convento de las carmelitas de Coimbra. Ya era una mujer muy mayor y esto ocurrió casi un año antes de que muriese. Me transmitió la sensación cierta de que era una mujer santa.

-¿Cómo actualizó sor Lucía el mensaje de la Virgen?

-Ella dice que el mensaje nos invita a adorar y amar a Dios y a cumplir los mandamientos, que son el camino para llegar al cielo o felicidad eterna. Dice textualmente que "llegar al cielo es lo único que importa".

- La crisis económica que amenaza al bienestar en un mundo donde está asentado el materialismo ¿puede llevar a que personas vuelvan a creer en la fe de sus mayores, quizás buscando un refugio y un consuelo que no encuentran en la sociedad que conocen?

- Es difícil contestar a eso. El hombre, por naturaleza, necesita a Dios. Esa necesidad de Dios se está reflejando y mucha gente vuelve a Él. Hace poco se publicó en la prensa una encuesta hecha a jóvenes españoles y, en el primer lugar de sus valoraciones figura la familia. Es una clara evidencia de que las otras cosas que les rodean, no llegan para satisfacer sus espíritus.

- ¿La Iglesia actual está preparada para dar sentido y recibir esas peticiones de refugio y consuelo?

-No sólo está preparada, sino que esa es precisamente su misión.