El recinto de la XXII Festa da Ostra de Arcade reunió durante la tarde de ayer, en su jornada inaugural, a numeroso público que no quiso esperar para probar el afamado molusco al día grande del certamen gastronómico. Los organizadores esperan batir hoy los récords de asistencia de la fiesta con más 30.000 personas, animados por el buen tiempo y la rebaja del precio de las raciones, puesto que este año la docena se vende a cuatro euros, uno menos que en la pasada edición.

Para facilitar la adquisición de las raciones se han instalado seis puestos de venta donde los visitantes podrán recoger las ostras frescas al natural, con limón, así como el vino blanco de O Ribeiro que se venderá a tres euros la botella. Los más exigentes también podrán adquirir Albariño de la comarca para acompañar la degustación, aunque en este caso deberán desembolsar siete euros. Además, como en ediciones anteriores, también se venderán raciones de empanada de ostras, así como otros platos típicos (pulpo, carne ó caldeiro, churrasco) que podrán adquirirse en los puestos de las inmediaciones a la carpa central.

Esta fiesta, calificada de Interés Turístico de Galicia, despachará sólo en la jornada de hoy unas 100.000 ostras, sin contar con las que se consuman en los restaurantes de la localidad, puesto que en esta jornada suelen agotar existencias ante la avalancha de visitantes.

La casetas de venta de raciones abrirán sus puertas a las diez de la mañana y permanecerán hasta bien entrada la tarde o cuando agoten las existencias. El momento de mayor aglomeración se espera para las 13.00 horas, cuando el grupo humorístico Fulano, Mengano e Citano proceda a la lectura del pregón.

La Festa da Ostra está considerada como uno de los actos gastronómicos más importantes del sur de Galicia. El certamen nació hace 22 años con el objetivo de potenciar el consumo de este producto y proyectar la imagen de Arcade como referencia en la producción, la comercialización y la exportación del molusco, sectores en los que los ostricultores del municipio son pioneros en la comunidad gallega. Aunque la fiesta en sus primeras ediciones se celebraba en el casco urbano de la localidad, el éxito de público obligó a trasladarla a la zona portuaria.