Los vecinos del barrio de O Coto, en Cesantes, denuncian vertidos de tierras procedentes de las obras del AVE en el río Pexegueiro, cuyas aguas bajan de un color marrón hasta la desembocadura en la marisma de Redondela. Los residentes de la zona alertaron del vertido a la Policía Local el pasado miércoles y, aunque en principio se creía que se trataba de aguas fecales, la ausencia de olores y la presencia de la maquinaria realizando movimientos de tierra en las inmediaciones descartaron esta posibilidad.

Los agentes que se desplazaron al lugar comprobaron que se trataba del arrastre de tierras en una zona en la que se ejecutan obras, donde se han colocado dos tuberías para canalizar el cauce fluvial, puesto que en el tramo anterior del río las aguas bajan limpias. La Policía Local realizó un informe detallado de los hechos, en el que se incluyen varias fotografías que demuestran la situación del río, y lo entregarán a los responsables de la Concejalía de Medio Ambiente para que tome las medidas que considere oportunas.

El edil de Medio Ambiente, Carlos Pazos, desconocía ayer los hechos aunque explicó que realizará una inspección de la zona y, si fuese grave, trasladaría el informe al departamento de Augas de Galicia, organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente encargado del control del dominio público hidráulico.

Se trata de un hecho similar al denunciado el pasado 19 de febrero por la Asociación de Naseiros Alvedosa de Arcade, que reclamó a las autoridades locales y autonómicas la adopción de medidas de precaución en las obras del AVE en la zona del monte de Puntal para evitar que el arrastre de las tierras acumuladas en este lugar afecten a las zonas de marisqueo de la ría.

El colectivo alertaba de la acumulación de tierra por parte de la empresa que ejecuta las obras en una ladera encima del mar, lo que provocaba que gran parte de este material se precipitara a la ría por la escorrentía, y también en una zona de la desembocadura del río Verdugo, donde se construye un nuevo puente para el tren de alta velocidad, puesto que la tierra se vertía directamente al cauce fluvial.