La historia de la automoción resumida en una treintena de vehículos. Los vecinos de Chapela tuvieron ayer la oportunidad de contemplar un auténtico museo rodante del motor con una concentración de coches clásicos, muchos auténticas joyas de casi cien años de antigüedad. Los vehículos se concentraron desde las once de la mañana junto a la sede del Círculo Recreativo, para salir de ruta a continuación por las calles de la parroquia y del centro de Redondela y regresar después al aparcamiento de la playa de Arealonga, donde permanecieron expuestos por la tarde.

"Esto es una pasión, una afición por los coches que comenzó en la infancia cuando ayudaba a mi padre a reparar los coches y que aún mantengo", explica Francisco Izquierdo, uno de los participantes a bordo de un flamante Jaguar MKII de 1960. Este vigués, como muchos de los propietarios de estos vehículos clásicos, compró el coche prácticamente de desguace y lo restauró poco a poco, en dos años, como si se tratase de un gran mecano. "Hay que tener mucha paciencia porque se trata de piezas muy difíciles de conseguir, incluso algunas te las tienes que hacer tú mismo con ingenio", explica. A pesar del esfuerzo, el resultado merece la pena cuando lo saca a la calle y se siente el centro de todas las miradas. "Me relaja conducirlo, es un coche para disfrutar", apunta.

El vehículo más antiguo de la concentración fue un Essex de 1918 que su propietario, Reginio Doniz, compró hace siete años a un amigo. El coche procedía de Ponte Caldelas, donde debió ser uno de los primeros turismos que transitaron por sus calles. "A pesar de los años es un coche muy bueno y fiable, no falla nunca", indica Doniz, que ya ha realizado tres veces el Camino de Santiago con este vehículo y la Ruta de la Plata desde Cáceres.

El presidente del Club Gallego de Automóviles Antiguos, José Luis Blanco, acudió a la cita con un Mercedes del 53, acompañado por sus hijos al volante de un Opel de 1932, otro Mercedes del 55 y un Ford Mustang de 65. "Para tener un coche histórico no es necesario invertir mucho dinero, pero conviene ser un poco manitas para realizar las labores de mantenimiento y pequeños arreglos", indica. De hecho, la mecánica es bastante más sencilla que cualquiera de los coches modernos, puesto que carecen de electrónica. Y además, ninguno de los modelos actuales llama tanto la atención como cualquiera de estos clásicos del motor.