Plácido González, vecino de la parroquia porriñesa de Mosende, recuerda que recibió una subvención para la plantación de viñedos hace cuatro años y se queja de que entonces nadie le advirtió de los problemas que le traería la no pertenencia a una denominación de origen. "Con la subvención planté 6.000 metros cuadrados y ahora me encuentro con que no hay nadie que quiera las uvas", comenta. Asegura que en su explotación cultiva uvas de calidad (albariño, godello y treixadura), pero que sin embargo tiene que "luchar con las bodegas para que las compren de forma extraoficial y por un valor inferior al que realmente tienen". Plácido también elabora vino, aunque "sólo para consumo propio", apunta. Con respecto a la marca "Viño da terra" considera que "beneficiará bastante a cosecheros independientes" como él.