Las amenazas en forma de pintadas sobre la carrocería de su vehículo se han convertido en gritos e insultos desde el taller que se encuentra a unos metros de su casa, según relata David Morais. El vecino que denunció las irregularidades muestra las fotografías de su furgoneta con las pintadas y afirma que su vida es un infierno desde hace un año. Además de soportar los ruidos y "el peligro que suponen los depósitos de gasoil y aceites pesados a pocos metros", su familia está asustada. Ha instalado cámaras de seguridad en su finca y alarmas, pero los constantes altercados les "amargan la vida". David Morais y su pareja, Ana Marchante, tienen un bebé y rechazan ofrecerle un futuro rodeado de violencia. "Tendremos que vender la casa e irnos de aquí porque nos amenazan cada día y esto es insoportable", cuentan.