VAL MIÑOR

Últimos pasajeros para la Volvo

Neli Pillado / BAIONA

La que iba a ser subsede de la Vuelta al Mundo a Vela podría quedarse en mera espectadora de una de las competiciones internacionales más importantes del deporte náutico. El ambiente de decepción se respira en las calles de Baiona mientras, a dos semanas de la salida de la Volvo Ocean Race desde el puerto de Vigo, no se han organizado actos de celebración ni los hosteleros prevén la llegada de cientos de aficionados.

Una gran vela promocionaba hace un año la competición en la plaza Pedro de Castro, donde se había instalado una pantalla donde los vecinos contemplaban cada día la cuenta atrás para el esperado acontecimiento. Duró pocos días y, desde entonces, los baioneses apenas han vuelto a notar la proximidad de la regata.

Sólo las celebraciones de julio y agosto se relacionaron con la promoción de la Volvo. El concello desarrolló una programación cultural similar a la de cualquier otro verano bajo el supuesto patrocinio de la Vuelta al Mundo a Vela.

La promoción tuvo más peso fuera de la comarca que dentro. Las rutas del autobús turístico y los viajes del concejal de Turismo, Benigno Rodríguez Quintas, a diversas ferias de todo el ámbito español contaron con la Volvo Ocean Race como telón de fondo.

Esperanza

El verano quedó atrás y con él las iniciativas relativas a el acontecimiento deportivo. Las banderolas promocionales ondearon por última vez en la regata Príncipe de Asturias y, mientras Vigo y Sanxenxo ultiman los detalles para una explosión de celebraciones, Baiona parece quedarse atrás.

Pero todavía queda una esperanza. Al menos, así lo cree Rodríguez Quintas. Ayer mismo convocó a los empresarios baioneses a una reunión, que tendrá lugar el próximo miércoles, día 2 de noviembre, a las ocho y media de la tarde en el salón de plenos del ayuntamiento, tan sólo tres días antes de que Vigo ponga en marcha su despliegue y a diez jornadas de la salida de los barcos. Su intención es conseguir que Baiona "no pierda el tren de la Volvo".

El edil considera a la villa real como "la capital gallega de la vela", por lo que hace un llamamiento a todos los poderes públicos y privados para que se impliquen. Reconoce que "la Volvo se ha olvidado de Baiona y viceversa", pero rechaza responsabilizar a nadie de ello.

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