LOURIÑA

La decisión de Barros de conservar su acta de concejal impide la censura

Redacción / PORRIÑO

La decisión firme del ex alcalde de Porriño, José Manuel Barros, con el apoyo de todo su grupo, de no renunciar al acta de concejal hace hasta la fecha imposible que la moción de censura al alcalde nacionalista, Raúl Francés, pueda concretarse aunque aritméticamente sea posible.

La fuerte división en el seno de Independientes de Porriño, adelantada en su día por FARO, se concretó el jueves en la decisión de los concejales Nelson Santos Argibay y José Manuel Jacobo de formar el grupo de concejales "no adscritos" dentro del grupo mixto, lo que no significa una nueva puerta para la moción de censura. José Manuel Jacobo Vázquez, que será portavoz del nuevo grupo, indicó ayer que la moción de censura en esta localidad "es imposible en las actuales circunstancias".

Negociación

Santos y Jacobo negociaron con el Partido Popular en los últimos meses sin contar con los otros componentes de Independientes de Porriño, planteando sobre la mesa dos exigencias: la primera que el puesto de máxima representatividad -el alcalde- recayese en uno de ellos; y la segunda, que el concejal popular y ex alcalde José Manuel Barros renunciase a su acta de concejal.

Estas pretensiones no fueron aceptadas por el grupo popular ni por el propio Barros que asumía que cualquiera de los dos fuese alcalde y renunciaba a formar parte del Grupo de Gobierno, pero no a su acta de concejal.

Barros, que ayer no quiso valorar la decisión de los concejales de separarse del grupo de Ordóñez "por respeto" y "porque es una decisión que sólo a ellos les compete", aseguró que "la posibilidad de la moción de censura siempre ha estado ahí desde el principio de la legislatura porque sumamos más concejales que el gobierno, pero no quiere decir que ahora sea fácil, porque en este momento no existen negociaciones entre el PP e IdeP y entre el PP y los ediles del nuevo grupo mixto".

El ex alcalde señaló también que, en todo caso, la moción de censura sería posible "si no hay imposiciones que la obstaculicen por ninguna de las partes", en clara referencia a la petición para que renunciase a su acta de concejal. Barros confirmó que esta decisión estaba consultada con su grupo, "y hemos decidido que me quedaría fuera del gobierno local, que no asumiría ninguna responsabilidad y que aceptábamos que cualquiera de los dos -Nelson Santos o José Manuel Jacobo- ocupasen la alcaldía, pero además exigían que dejase de ser concejal, motivo por el que se suspendieron las negociaciones". El que fue durante más veinte años alcalde de la localidad dejó claro que, en caso de una moción de censura, independientemente quien asumiese la alcaldía, fuese un edil del PP o de otro grupo, "tengo el derecho a tener el acta de concejal que me dieron los vecinos con sus votos".

Ordoñez

El portavoz de los Independientes, Gonzalo Ordóñez, aseguró ayer, por su parte, que el líder popular "se llevó al huerto a estos dos concejales prometiéndoles que en cualquier momento serían alcaldes y ahora están en tierra de nadie".

Ordóñez cree que "públicamente y con sus actos vienen reiterando que se equivocaron y que su ilusión es que Barros siguiera como alcalde, así que no me extrañaría que siguieran con sus maniobras. Ahora podría pasar cualquier cosa, salvo que la presión del pueblo los haga

desistir de maniobras atentatorias contra los vecinos porque pienso que Porriño no se quedará de brazos cruzados". Asimismo, explica que en su grupo hay más de veinte personas trabajando permanentemente por Porriño y que, en estos momentos, están más unidos e ilusionados que nunca".

Voto equivocado

Los dos concejales ahora adscritos al grupo mixto emitieron un comunicado en el que reconocen "nuestro apoyo equivocado" en la investidura al permitir que gobernasen BNG y PSOE, "al que no habían apoyado los ciudadanos en su gran mayoría y cuyos partidos habían sufrido un espectacular bajón".

En el mismo escrito, los concejales independientes aseguran que decidieron buscar soluciones "en vista del extremado odio mutuo entre Barros y Ordóñez que hacían prácticamente imposible cualquier negociación". "Por nuestra parte, se trató de buscar alternativas con el único fin de restituir la legitimidad de los votantes y colocar en el gobierno las opción mayoritaria que habían elegido los ciudadanos en un 70%", y dicen que desde su nuevo puesto desarrollarán su trabajo desde una posición "totalmente imparcial y sin condicionantes de ningún tipo".

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