BAIXO MIÑO

Mareas de ruina en A Guarda

Eva González / A GUARDA

Un sector amplio de la población guardesa atraviesa una situación económica difícil por la escasez de pesca que afecta a los más de cincuenta barcos de bajura que dan trabajo a unas doscientas personas, que son el sostén de otras tantas familias. Prueba de la crisis es la decisión de unos 30 pescadores, quienes para ganarse la vida han decidido embarcarse en la pesca del bonito que trabaja en el Cantábrico.

Datos facilitados por la Cofradía de Pescadores de A Guarda, a través del secretario Rodrigo Pacheco, indican que el año de mayor número de capturas y, por tanto, de ventas, fue el 2004 (de enero a agosto), con 254.897,68 kilos y un récord en ventas de 1.175.962,28 euros. El revés es este año, pues en el mismo periodo de tiempo lograron 182.671,80 kilos y 879.858,75 euros en ventas.

Cierto es que en temporadas anteriores (años 2000, 2001 y 2002), se vivieron situaciones semejantes, pero la dificultad estriba en que ahora los profesionales deben afrontar los graves perjuicios que del aumento de precios de los combustibles que utilizan para las embarcaciones, sabiendo de antemano que esas alzas no pueden repercutir en los precios de la venta. Los números son claros: en el año 2003 (de enero a agosto) se capturaron 189.528,03 kilos y se obtuvieron 1.067.499,30 euros; en este 2005, por una cantidad similar ingresaron 187.640,55 euros menos.

José Antonio Alonso Rodríguez, patrón del Novo Alonso, con cinco tripulantes, califica la situación de "dramática". Explica que "llevo 16 años en bajura y no he visto nunca algo semejante. No sabemos a qué es debido". Las hipótesis que expone son variadas, como la singularidad de una climatología sin lluvias, con un mar en calma que ha podido afectar a los ciclos del pulpo. Los resultados se reflejan a diario, cuando en plena temporada de esta especie sólo pescan de 20 a 40 kilos, en lugar de los 150-170 que conseguían años atrás. Para este veterano, la solución pasa por "un paro biológico eficaz y por cultivar el mar" en la zona.

Francisco Pérez trabaja a diario con su gamela Fátima y además es el presidente de la Cofradía de Pescadores. "Los inviernos ya no son los de antes. No hubo frío en el último, ni tampoco los temporales habituales. Es necesaria la lluvia, vientos y mar de fondo para bien de todas las especies", afirma. Defiende el paro biológico y, por lo que sabe, ya se espera uno del pulpo, en el primer semestre del año 2006.

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