La comprensión de los ciudadanos ante las molestias que ocasionan las obras públicas es habitual. Incluso cuando los trabajos se alargan más de lo previsto, los vecinos soportan las incomodidades y piensan en los beneficios que en el futuro les traerán las zanjas y atascos. No ocurre esto en el caso de la subida a Baíña, que ha acabado con la paciencia de sus sufridores. Los cientos de residentes en el entorno cumplen un año rodeados de agujeros, polvareda y colapso de tráfico.

La lentitud de los trabajos les genera cada vez mayor malestar entre los vecinos de O Burgo, Santísima Trinidad y la propia parroquia de Baíña. La Diputación Provincial comenzó los trabajos el pasado verano con el compromiso de terminarlas a principios de año. Lo cierto es que, doce meses después, el gobierno municipal desconoce la fecha en que los operarios abandonarán la carretera. El concejal de Vías e Obras, Manuel Vilar, rechaza fijar el fin de los trabajos y reconoce su retraso. En este sentido, el edil asegura haber mantenido reuniones con responsables del organismo provincial y las empresas para agilizar la obra.

No obstante, Vilar resta importancia al aplazamiento de los trabajos y lo atribuye a las "duras negociaciones" con los expropiados y a la instalación paralela del suministro del gas, de las tuberías de abastecimiento de agua y del cableado eléctrico. Entre las razones de la demora, se encuentran también, a juicio de Vilar, la "complejidad de las obras".

Permisividad

Las justificaciones se transforman en críticas cuando son los grupos de la oposición los que hablan de la citada obra. El portavoz de los socialistas, Carlos de la Peña, considera "un descontrol" lo que ocurre en dicha carretera. Al retraso y el colapso de tráfico que generan los trabajos, explica De la Peña, se une la "inoperancia del alcalde y el concejal de Tráfico". El socialista se refiere a los estacionamientos que se realizan en zonas prohibidas, la acumulación de restos de poda, la permanencia de vallas y de maquinaria en el vial que ocasionan el "caos" los fines de semana.

Por su parte, el portavoz nacionalista, Xosé Enrique Fernández, tacha el desarrollo del proyecto de "lamentable". "Parece a obra do Escorial. Hai queixas de veciños polas caravanas que se xeneran cada día no primeiro tramo", argumenta. Fernández dice no entender las razones de la demora, ya que "é un proxecto sinxelo con pavimentado, recollida de pluviales e alumeado".