San Antonio dispone hoy de más dinero para donaciones a los necesitados. Las pujas por los animales domésticos y los alimentos celebradas ayer en el entorno de la iglesia de Gondomar aportaron al santo cientos de euros en beneficio de la parroquia.

Gallinas y conejos centraron este año la atención de la subasta, en la que participaron decenas de personas. Los compradores se llevaron varios roscones típicos de la comarca y numerosas botellas de vino. Los precios por animal llegaron a alcanzar los treinta euros, un precio sensiblemente menor al ediciones anteriores, cuando las ofrendas de los vecinos incluían terneros o cerdos.

Numerosos curiosos observaron este ritual centenario al que los devotos aportan ofrendas para rogar por su bienestar y el de sus familias. Los participantes en la puja pagan por las ofrendas para obtener favores por parte del santo.

Tras la tradicional subasta, la iglesia parroquial acogió la misa solemne seguida de procesión y, por la noche, los gondomareños disfrutaron de música rock y verbena.