Homenaje gigante
Un gol deslumbrante de Aspas en el primer minuto de juego abre el triunfo del Celta ante un Niza que jugó una hora con uno menos
La insistencia viguesa, liderada por un gran Bryan Zaragoza, encontró su premio

Iago Aspas celebra su gol ante el Niza / Jose Lores
No hay homenaje que alcance a hacer justicia a Iago Aspas. ¿Cómo se rinde tributo a un gigante? Incluso esa estatua que se anuncia en su honor empieza a parecer poca cosa. El día que se convertía en el jugador que más veces ha vestido esa bendita camiseta (gracias eternas al gran Manolo que deja para siempre la cumbre que le pertenecía desde hace cuarenta años y parecía suya para siempre) el moañés lo celebró a su manera para empujar al Celta a un triunfo sobre el Niza que encarrila el camino en la Europa League. Una carga anímica en este atropellado comienzo de temporada en el que a la caja de cambios viguesa le cuesta engranar marchas y no hay tardes tranquilas. Tampoco la de ayer pese a la ventaja numérica que disfrutaron los de Claudio durante una hora. Solo llevaba un minuto de juego, ni se habían saludado los futbolistas, cuando Aspas recogió un balón en la frontal del área y descerrajó un misil que avergonzó a los drones que esperaban en la pista de Balaídos para protagonizar el anunciado homenaje. Un gol impropio en él, siempre delicado y astuto en el remate. Fue un disparo más propio de un centrocampista alemán de los ochenta. Una salvajada que celebró con la mano en el escudo, tal y como debería ser inmortalizado en bronce, en piedra, en hierro...en oro. Un gigante haciendo cosas de gigante. Será imposible entender el Celta sin él. Sucederá, pero ahora mismo resulta impensable imaginar semejante vacío.
El partido debería haber acabado ahí. La tarde ya no podía ir a mejor e incluso se corría el riesgo de que el Niza, que durante unos minutos pareció conmocionado por el gol de Aspas, decidiese estropear la noche. Pero fue el Celta con sus desconexiones el que se enredó. Los franceses, que evitaban trámites en las transiciones, aprovecharon un desmadre defensivo de los vigueses con casi todos los centrales fuera de posición. Solo Marcos estaba donde debía pero como si no estuviese. Acompañó a Cho como si el atacante fue una viajecita a la que ayudase a cruzar la calle. Pero no lo era. El exrealista sacó un remate seco y cruzado ante el que Radu nada pudo hacer.

El Celta-Niza de Europa League, en imágenes /
Tocaba reiniciar el camino ante un Niza algo desconcertado de inicio por la salida de la pelota del Celta (la posición de Miguel Román muy por delante de Beltrán limpió las cosas) pero que acabó por ajustarse y que si eran capaces de poner un balón en el área la defensa viguesa temblaba como un flan. La única solución para el cuadro de Claudio era la de toda la vida (encontrar a Iago Aspas, indetectable para la defensa francesa) y que Bryan Zaragoza empezó a martirizar a medio Niza. El delantero, la gran esperanza del mercado veraniego y a quien el Celta lleva tiempo esperando de forma paciente, entró tímido al partido. Un renacuajo entre gigantes que le sacaban más de una cabeza. Pero se fue soltando para desesperación de sus marcadores, superados y obligados a violar el reglamento con insistencia, impotentes ante su cambio de ritmo. Una de sus víctimas fue Clauss que pasada la media hora y con una amarilla a cuestas se llevó por delante a Carreira para irse a la ducha antes de tiempo.
Monólogo del Celta
El partido ya se transformó en monólogo absoluto. Cargó el Celta el juego de forma descarada por la banda de Bryan Zaragoza. En el descanso Claudio añadió madera al sumar a Borja Iglesias a costa de un mediocampista como Hugo Alvarez cuyo costado fue para Pablo Durán. El árbitro acudió entonces en auxilio de Mendy, el lateral al que recurrió Haise para tapar la ausencia del expulsado. En el primer encuentro con Bryan Zaragoza se ganó una amarilla y aquello olía a expulsión. Pero el colegiado, por estas cuestiones políticas que tanto se manejan en el fútbol, decidió hacerse el loco en las cinco siguientes acciones al límite del central como si renunciase a la posibilidad de que el Niza se quedase con nueve. Pero los franceses, más allá del guiño arbitral, tenía problemas por todas partes. El Celta cargaba el área con más gente, Borja ganaba a los centrales y metía a media Francia en el área pequeña, Beltrán y Román amenazaban con disparos desde la frontal...la sucesión de remates era interminable. Los vigueses insistían con paciencia, moviendo balón a la espera de acertar en alguna de las acciones y añadiendo nuevas amenazas como la presencia de Javi Rueda. Era cuestión de no perder la calma en un partido que se jugaba en apenas veinte metros.
Con un cuarto de hora por jugar Mingueza enhebró la aguja y encontró a Borja Iglesias (diferencial ahora mismo) en el área. Su remate lo sacó el portero a duras penas pero Oppong, de forma involuntaria, lo devolvió hacia su portería para poner al Celta en ventaja. Respiraron Claudio y compañía que a partir de ese momento hicieron una gestión mejorable del resultado. El técnico prescindió de Bryan Zaragoza para dar entrada a Cervi y el Celta decidió sestear. Tocar el balón sin intención alguna. Olvidaron la portería rival y optaron por la nada lo que siempre supone un peligro porque lleva a cometer errores prescindibles: faltas evitables, pérdidas...El Niza, pese a tener uno menos, se encontró un par de faltas laterales y por un momento se creyó que igual encontraba un premio gordo pese a haber estado todo el segundo tiempo sin saludar a Radu. De forma incomprensible el Celta perdió la pelota y buena parte del sentido común. El partido acabó con los vigueses incapaces de hacer una posesión larga o de elegir bien alguna contra mientras defendía una serie de cuatro saques de esquina consecutivos. El accidente no llegó. Hubiese sido imperdonable y mucho más en un día como el de ayer.
Suscríbete para seguir leyendo
- El encendido de las luces de Navidad de Vigo en primera línea: aforo limitado y solo cuatro accesos a Porta do Sol
- Detenido un vecino de Vigo que estaba lanzando botellas de cristal desde una planta de Vialia hacia la plaza de los cines
- Saca fotos «furtivas» para denunciar la casa de sus vecinos en Nigrán y acaba condenado por violar su intimidad
- Los últimos porteros de Vigo
- «No trato de ser espiritual, para eso ya hay grandes santos»
- La colosal Navidad de Vigo al desnudo: guía completa para disfrutar de sus 12 millones de luces
- Fortaleza de Chocolate en Portugal: la tentación más dulce de Valença regresa por Navidad
- Atropellan a un hombre en la avenida de Beiramar: «Voló por los aires»
