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Radu, las cuartas mejores manos de la Liga

Radu, uno de los más destacados del Celta, suma treinta paradas en nueve jornadas

Radu y Javi Rodríguez, al acabar el partido de este domingo en Balaídos

Radu y Javi Rodríguez, al acabar el partido de este domingo en Balaídos / Alba Villar

Vigo

«Frustrad» se sentía Ionut Andrei Radu (Bucarest, 1997) tras el empate del Celta ante la Real Sociedad. De nada sirvieron las excelentes intervenciones del portero rumano para impedir que el equipo donostiarra privase a los célticos de su primera victoria en la Liga. No es la primera vez desde que llegó a Vigo en junio que Radu se erige en el mejor céltico del partido, pero ese premio honorífico ha quedado eclipsado por la imposibilidad de dejar su portería a cero y de que su equipo no haya ganado en la Liga . También fue el más destacado en Elche, después de detener un penalti; y en Vallecas, además de en los dos últimos partidos en casa ante el Atlético de Madrid y la Real. El domingo pasado, Radu no pudo evitar el gol de Soler en el minuto 89, aunque el Celta se mantuvo por delante en el marcador durante 69 minutos ante los vascos gracias a sus buenas artes. De hecho, el rumano se ha convertido en el cuarto portero de la Liga que más paradas lleva en nueve jornadas. Y es, junto con Borja Iglesias, el más destacado del equipo de Giráldez.

Esa frustración por no conseguir resultados positivos debe fastidiar más, si cabe, a un futbolista tan ambicioso como Radu, que en su presentación como céltico dejó claros sus objetivos: «Soñar es gratis, así que hay que soñar en grande». Ese optimismo le llevó a liderar a la selección rumana que en 2019 fue tercera en el Europeo sub-21. Y también a superar aquel fallo veraniego ante el Vitoria de Guimarâes que suscitó dudas como relevo de Guaita.

Aquel duelo con el equipo portugués era de pretemporada. Cuando arrancó oficialmente el curso, Radu comenzó a actuar no solo como un portero seguro sino a demostrar que con él entre los tres palos se podían ganar partidos. Y una de las primeras muestras de su habilidad con los guantes la firmó en Mallorca, al desviar un balón que Pablo Torre quería meter en la escuadra.

También fue destacable su intervención en Stuttgart ante un disparo del francés Lorenz Assignon. Después vendrían la pena máxima neutralizada a Rafa Mir en Elche o su buen trabajo en Vallecas y ante el Atlético de Madrid.

Con todo este bagaje se vio recompensado con el regreso, dos años después, a la selección Rumana, en la que fue titular ante Moldavia y Austria. Contra los austriacos logró dejar su portería a cero –algo que no ha conseguido con el Celta después de 11 partidos oficiales– tras realizar otra intervención de mérito. Y contra la Real Sociedad sumó seis paradas, dos de ellas seguidas por sus buenos reflejos. No pudo neutralizar, sin embargo, el remate de Soler. Ese desacierto dejó en 30 su número de intervenciones en lo que va de Liga. Un registro que solo lo superan Aarón del Oviedo (49), Herrera de Osasuna (36) y Gazzaniga del Girona (31).

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