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Misión imposible

El Celta firmó la novena jornada sin ganar, la peor racha en los 102 de historia del club. Rozó la victoria el equipo celeste después de que Pablo Durán marcase en el minuto 20. Pero una rigurosa expulsión de Starfelt al filo del descanso allanó el camino a la Real para empatar, aunque no lo logró hasta el minuto 89.

El-Abdellaoui remata fuera en una gran ocasión para sentenciar el partido.

El-Abdellaoui remata fuera en una gran ocasión para sentenciar el partido. / Alba Villar

Vigo

Ganar se ha convertido en un asunto muy complicado para el Celta en esta Liga, en la que suma dos derrotas y siete empates a un gol en las nueve primeras jornadas. Estos pobres resultados llevan al equipo de Giráldez a protagonizar el peor arranque de temporada en ciento dos años de historia del club vigués. Se dice pronto, pero así es. Ayer volvió a acariciar la victoria, pero cedió la igualada en el minuto 89 ante una Real Sociedad que con el tanto de Soler evitó el puesto de colista y la vergüenza de no poder superar a un rival que jugó en inferioridad numérica toda la segunda parte por un ataque de inocencia de un veterano como Carl Starfelt. El sueco respondió a un empujón de Yangel Herrera en un saque de esquina y el árbitro, que ayer tenía ganas de protagonismo, expulsó al zaguero céltico porque era su segunda tarjeta amarilla de la tarde. Martínez Munuera no entendió que su decisión afectaría gravemente a un espectáculo que hasta entonces había ofrecido mucho entretenimiento por parte de dos equipos que no merecen ocupar las últimas posiciones. Pero unas veces por errores propios y otras por los ajenos, como el de ayer del colegiado valenciano, ahí abajo aparecen célticos y realistas peleando por sobrevivir en una competición en la que cuesta mucho ganar y se complica un poco más cuando los resultados no acompañan desde las primeras jornadas. El fútbol merece mejores arbitrajes porque eliminar protagonistas de un plumazo no está recogido en el precio de las entradas y las cuotas de las televisiones.

Pablo Durán

No hay explicación a que un jugador tenga más acierto ante un equipo que otro, pero sucede muy a menudo en el fútbol. Ayer volvió a pasarle al céltico Pablo Durán, que acertó en el primer remate que hizo para anotar el primer gol de la temporada. Lo curioso es que el delantero de Tomiño también se estrenó el curso pasado como goleador ante la Real Sociedad. Entonces lo hizo por partida doble, después de dos remates certeros desde la frontal del área de Remiro. Ayer, Durán culminó una gran jugada por la banda derecha que inició Mingueza, se apoyó en Borja Iglesias, que combinó con Jutglà para que el catalán metiese un pase al espacio para la carrera de Mingueza, que centró para que Durán embocase a la carrera. Minuto 20 y el Celta se adelantaba en el marcador a una Real Sociedad que desperdició una gran ocasión en el minuto 7. Oyarzabal no encontró portería en su remate de cabeza tras un centro desde la izquierda, banda que Mingueza tuvo muchos problemas para cerrar ante las apariciones de Barrenetxea y Sergio Gómez.

El error de Starfelt

La Real atacaba con peligro pero la defensa céltica se defendía con orden y anticipación. Oyarzabal y Yangel Herrera tuvieron otro par de buenas ocasiones antes del descanso y de que en un saque de esquina el árbitro decidiese cambiar el guión del espectáculo que estaban ofreciendo gallegos y vascos en una tarde ventosa y con lluvia. Starfelt recibió un empujón de Herrera y el céltico respondió con un golpe de pecho que llevó al venezolano al suelo. Martínez Munuera no dejó pasar por alto una de las muchas trifulcas que se producen en el fútbol. Amonestó a ambos, con la gravedad de que para el céltico suponía la expulsión tras ver una amarilla con anterioridad por una falta sobre Brais Méndez.

El momento de giráldez.

El entrenador del Celta aprovechó el descanso para introducir un cambio en el once con la intención de minimizar la inferioridad numérica durante la segunda parte. Dio entrada a Carlos Domínguez por Sotelo. Un relevo cuestionado, pero que funcionó muy bien pese al grave error inicial de Moriba que pudo costar un gol que el VAR anuló por fuera de juego de Oyarzabal. El guineano se repuso y se erigió en un coloso en el centro del campo. Giráldez volvió a mover el banquillo en el minuto 53 para dar entrada a Hugo Álvarez y a Javi Rueda por Borja Iglesias y Mingueza. Mantenía a dos delanteros, Jutglà y Durán, pese a defender en bloque bajo, y el equipo lo agradeció porque se mantuvo vivo y con opciones de sumar el primer triunfo hasta el final pese a jugar con diez durante cincuenta minutos.

Un Radu gigante

En los momentos difíciles aparecía Radu para realizar paradas imposibles y minar la frágil moral de una Real Sociedad que dominaba y generaba ocasiones. Pero el Celta no se rendía. Es más, Giráldez dio entrada a Jones El-Abdellaoui por un desfondado Jutglà para intentar que el joven internacional marroquí pudiese cazar una contra. Y así ocurrió. El-Abdellaoui tuvo el segundo gol del Celta en sus pies en el minuto 84. Se quedó solo ante Remiro, después de superar por velocidad a su marcador, pero ajustó demasiado el remate, cuando el portero ya estaba vencido, y el balón se marchó fuera rozando el palo. Y de nuevo emergió la figura de Radu para realizar una doble parada que llevó el partido a los últimos minutos con ventaja del Celta. Pero el extraordinario esfuerzo del equipo celeste no tuvo premio porque Soler encontró un remate certero en el minuto 89.

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