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«Me voy del Celta sin rencor y satisfecho de mi trabajo»: un análisis a la trayectoria de Espinosa tras su muerte

El defensa toledano, que ha fallecido este miércoles, disputó tres temporadas con la camiseta celeste: tan solo la primera fue exitosa, pues en la segunda el conjunto vigués descendió a la categoría de plata

Epi, como le conocían de forma cariñosa, dejó huella en sus seis campañas en el Sporting de Gijón, donde siempre ha sido recordado por un marcaje implacable a Maradona

José Manuel Espinosa, el que fuera defensa del Celta entre finales de los 80 y comienzos de los 90, ha fallecido este miércoles. Nacido en el municipio toledano de San Bartolomé de las Abiertas en julio del 1959, se acabó afincando en Gijón, donde vivió sus últimos días, tras encantarse por la ciudad durante las seis temporadas que militó en el Sporting de Gijón. Epi, como lo conocían cariñosamente, comenzó su carrera futbolística en la escuela del Real Madrid y llegó a debutar con el primer equipo -en Copa del Rey-. Tras su paso por la capital, se marchó a El Molinón y, finalmente, colgó las botas como profesional en Vigo tras cerca de medio millar de participaciones sobre el verde.

Espinosa fichó por un Celta en auge en la temporada 1988-1989. Fue el técnico José Manuel Novoa quien se lo llevó consigo del Sporting de Gijón. La primera campaña en Balaídos fue destacable para un defensa que años atrás había formado parte incluso de la selección española olímpica sub-21 y sub-23. En el año de su estreno, el conjunto vigués consiguió todo una proeza que todavía algunos aficionados recuerdan: venció por partida doble al Real Madrid en Balaídos, una en la competición liguera (2-0, con dos tantos de Amarildo) y la otra, en la Copa del Rey (1-0, con gol de Zambrano).

«Teníamos invitaciones en todos los restaurantes y cafeterías de Vigo para ir a comer, éramos recibidos como héroes en cualquier sitio», señaló en su día en una entrevista concedida a FARO. Sin embargo, «las otras dos temporadas no fueron tan buenas», admitió.

El futbolista partió de Vigo, tras rematar su contrato, con 102 partidos a sus espaldas y dos goles, «sin rencor» y «satisfecho» con su «trabajo», aunque lamentaba en el decano la experiencia vivida en sus últimos coletazos: «El fútbol y el deporte en general es cruel a partir de los 30».

En el mundo futbolístico, Espinosa será recordado no por su estadía gallega, sino por su brillante actuación ante Maradona en El Molinón en un duelo entre el Sporting de Gijón y el Barça en febrero del 1984. «Hoy tuve un marcador que marcó muy bien, que fue muy pícaro, cada vez que iba al balón me cogía de la cintura y me tiraba para atrás, no pudo lucir Maradona», comentó, en su momento, el propio atacante. «No se me olvidará nunca que nos entrevistaron a ambos y habló muy bien de mí. Es algo que siempre le agradeceré», confesó cuando murió el argentino, en 2020.

El nombre de José Manuel Espinosa perdurará igualmente por formar parte del filial del Real Madrid que disputó la final de la Copa del Rey del 1980 frente, curiosamente, al primer conjunto merengue. Ganó este último por 6-1.

El toledano remató su periplo futbolístico con 474 duelos repartidos en primera división -la gran mayoría-, segunda y segunda B -tan solo seis encuentros en la categoría de bronce-. Únicamente fue suplente en 17 ocasiones, anotó seis dianas y recibió 75 tarjetas amarillas y siete rojas, según datos de BDFutbol.

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