Muere el exceleste José Manuel Espinosa, el defensa que deslució a Maradona
El toledano disputó sus últimos partidos como profesional en el Celta, club en el que militó durante tres temporadas, del 1988 al 1991

Espinosa, con la camiseta del Celta en Balaídos. / Magar
El exdefensa celeste José Manuel Espinosa ha fallecido este miércoles a los 66 años de edad en Gijón. Toledano de nacimiento, comenzó su carrera futbolística en el filial del Real Madrid -e incluso llegó a disputar un encuentro con el primer equipo- y la terminó en el Celta en segunda división. Por medio, defendió la camiseta del Sporting de Gijón durante seis temporadas en las que se enamoró de las tierras asturianas. En una de sus participaciones con el conjunto de El Molinón realizó un marcaje memorable a Diego Armando Maradona en un duelo frente al Barça, lo que le hizo merecedor de recordados elogios por parte del astro argentino. Además, fue internacional con la selección olímpica sub-21 y sub-23. En total, sumó 474 partidos como profesional, la gran mayoría como titular y en primera división. A nivel personal, destacaba por su humildad tanto vestido de corto como fuera del campo.
El propio Celta ha anunciado la noticia hoy a través de sus redes sociales. «Enviamos o noso máis sentido pésame e agarimo aos seus familiares e achegados», indicó el club. Espinosa, que se desempeñaba tanto de central como de lateral derecho, disputó 102 encuentros con el conjunto vigués, en los que anotó dos goles.

Espinosa, durante un partido frente al Murcia, en 1990. / Cameselle
Epi, como le conocían cariñosamente, llegó a Vigo tras firmar una mejora de ficha y de la mano del técnico José Manuel Novoa, ambos procedentes del Sporting de Gijón, en la campaña 1988-1989, con el Celta a punto de clasificarse para UEFA. El de Toledo, sin embargo, sufrió el descenso del equipo en la 1989-1990 y, finalmente, se despidió de Balaídos y del fútbol profesional -tras cumplir su contrato- inmerso en la categoría de plata, sin directiva durante un período y arrastrando una lesión que mermó su regularidad.

Espinosa, en una imagen de archivo. / ÁNGEL GONZÁLEZ (La Nueva España)
«Me voy sin rencor y satisfecho de mi trabajo», relató en una entrevista a FARO. En esta, se lamentaba de que «el fútbol y el deporte en general es cruel a partir de los 30». Al mismo tiempo, rememoraba su llegada a la ciudad con buen sabor de boca: «Teníamos invitaciones en todos los restaurantes y cafeterías de Vigo para ir a comer, éramos recibidos como héroes en cualquier sitio». En esta misma campaña, de hecho, el equipo consiguió todo una proeza que todavía algunos aficionados recuerdan: venció por partida doble al Real Madrid en Balaídos, una en la competición liguera (2-0, con dos dianas de Amarildo) y la otra, en la Copa del Rey (1-0, con gol de Zambrano).
«Teníamos invitaciones en todos los restaurantes y cafeterías de Vigo para ir a comer, éramos recibidos como héroes en cualquier sitio»
«Las otras dos temporadas no fueron tan buenas», admitía. Sobre la ciudad, antes de marcharse, destacaba: «Acabo de llegar a la playa de Samil y pienso: esta ciudad es fantástica». Tras salir de Galicia, se dedicó al negocio inmobiliario en Asturias y participó durante años en tertulias deportivas.
Espinosa, nacido en julio del 1959 el municipio de San Bartolomé de las Abiertas, se formó durante 15 años en el Real Madrid, pero disfrutó de su mejor etapa en Gijón, donde incluso conoció a su mujer.
En el Sporting permaneció seis temporadas en las que siempre se le recodará un partido frente al Barça de Maradona en El Molinón en febrero del 1984. El marcaje del defensor fue tal que incluso lo citó el bonaerense tras los 90 minutos. «Hoy tuve un marcador que marcó muy bien, que fue muy pícaro, cada vez que iba al balón me cogía de la cintura y me tiraba para atrás, no pudo lucir Maradona», comentó, en su día, el Pelusa. «No se me olvidará nunca que nos entrevistaron a ambos y habló muy bien de mí. Es algo que siempre le agradeceré», confesó cuando murió el argentino, en 2020.
En la hemeroteca destaca igualmente su participación en la curiosa final de Copa del Rey del 1980, que enfrentó a su filial merengue, el Castilla, frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Acabaron ganando 'los mayores' por 6-1.
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