Otra vuelta de tuerca a la portería
El Celta rejuvenece su meta con el fichaje de Andrei Radu 4 años después de prescindir del modelo canterano
El rumano es el quinto portero no formado en la casa que ficha el Celta desde 2021 y ninguno ha durado más de dos temporadas

Andrei Radu, en un partido con el Venezia. / A. Marini
El fichaje de un portero que combinase juventud y experiencia, contrastado en grandes ligas pero con margen de mejora y proyección, ha sido una de las grandes prioridades del Celta en la planificación de la nueva plantilla. Tras valorar opciones dentro y fuera de LaLiga y meses de concienzudo seguimiento, el club vigués ha apostado por incorporar al rumano Andrei Radu, de 28 años, un guardameta todavía joven pero con recorrido en las grandes ligas que busca asentarse en la titularidad en Vigo tras una solvente campaña con el Venezia.
La llegada de Radu supone un nuevo giro en la estrategia para la portería, una vuelta de tuerca al prototipo de guardameta veterano con el que el Celta cambió radicalmente el modelo canterano que venía empleando desde tiempos de Luis Enrique Martínez; primero con Yoel Rodríguez y Sergio Álvarez, más tarde con Sergio y Rubén Blanco y finalmente con este e Iván Villar. Aunque Eduardo Berizzo intentó sin éxito el fichaje de un guardameta no formado en la casa que diese un salto de calidad a la portería, no fue hasta algunos años (y varios técnicos) después que Eduardo Coudet logró convencer al club de la necesidad de un cambio de modelo. Se buscaba un portero que «salvase puntos» y se apostó por firmar experiencia con desiguales resultados.
Así se firmó en el curso 2021-22 el argentino Matías Dituro, a quien curiosamente Rubén Blanco había descabalgado 10 años antes de la titularidad en el Celta B. El actual portero del Elche, que por aquel entonces contaba con 34 años, llegó cedido desde la Universidad Católica Chile, equipo en el que había sido decisivo la temporada precedente para la conquista de la liga chilena. El Celta pagó medio millón de euros por su cesión, con una opción para adquirir al guardameta en propiedad al final de la temporada por 1,8 millones. Dituro no firmó una mala campaña. Jugó los 38 partidos de Liga con paradas de mérito y se destapó como un formidable parador de penaltis (detuvo 4 de los 8 que le lanzaron), pero su rendimiento fue de más a menos y el Celta decidió no ejercer su opción de compra. Se apostó por fichar a un guardameta de un perfil más alto.
El elegido fue el internacional argentino Agustín Marchesín, de 34 años, portero contrastado con 40 partidos internacionales a sus espaldas y una Copa América en el zurrón, que había sido titular durante las dos campañas anteriores con el Oporto. Picaba alto el Celta, que firmó a Marchesín por tres temporadas sin coste para sus arcas tras rescindir este su contrato con el equipo portugués. Jugó apenas 19 partidos con un rendimiento por debajo de las expectativas. En el efímero paso de Marchesín por el Celta tuvo mucho que ver la grave lesión sufrida a comienzos de febrero de 2023 durante un entrenamiento en la ciudad deportiva. El guardameta se fracturó el tendón de Aquiles, una de las peores lesiones que puede sufrir un deportista, y ya no volvió a vestirse de corto con el Celta. Se desvinculó del club en enero de 2024 para firmar con el Gremio de Portoalegre brasileño.
La lesión de Marchesín dos días después del cierre del mercado de invierno pilló al Celta a contrapié. Carvalhal, que dirigía al equipo desde noviembre tras el despido de Coudet, contaba apenas con Iván Villar y los chicos del filial para defender la portería. El Celta solo podía firmar jugadores sin equipo. Se apostó por Diego Alves, un dinosaurio del fútbol brasileño que camino de los 38 años meditaba su retirada tras concluir su contrato con el Flamengo, para competir por la titularidad con el cangués. Pero no hubo pugna. A los pocos días de llegar, Alves se rompía también el tendón de Aquiles y dos meses después rescindía su contrato. Iván Villar se quedó como único portero del primer equipo. El cangués disputó exactamente los mismos partidos que Marchesín: 19.
El aceptable rendimiento de Iván Villar no bastó para convencer al club ni al nuevo técnico para volver al modelo canterano. Rafa Benítez quería un portero veterano y con experiencia en LaLiga. Así, casi sobre el cierre del mercado, llegó Vicente Guaita (36 años), portero fogueado en múltiples batallas en LaLiga con el Valencia y el Getafe que concluía una brillante etapa en la Premier League con el Crystal Palace. Firmó por dos temporadas, tras desvincularse del conjunto londinense. Guaita ha sido el portero que más estabilidad ha dado a la portería del Celta en los últimos años. Las paradas del valenciano fueron claves para la consecución de la permanencia hace dos temporadas. El pasado curso su rendimiento decayó levemente, lastrado por los problemas en el hombro que lo fustigaban desde la pretemporada. Con 38 años cumplidos y este problema físico, el Celta decidió no renovar su contrato para apostar por Radu, un portero no tan experimentado pero con hambre y ganas de echar raíces en quien tanto el club como Claudio Giráldez tienen depositadas grandes expectativas.
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