En Stowmarket acogen con alegría el regreso del futbolista vigués

Fer López pasó tres meses en tierras inglesas con 14 años y siguió practicando su deporte favorito

Vigo

En la localidad de Stowmarket (cerca de Ipswich, en el este de Inglaterra) siguen con atención las noticias sobre Fer López. Allí no olvidan la llegada hace siete años del joven vigués para estudiar durante tres meses en una escuela privada y entrenar con el Bacton United, un equipo de una localidad próxima. Durante esa etapa en tierras inglesas, el todavía céltico fue acogido por Paul Grainger, un experimentado técnico de fútbol que le facilitó el camino para que siguiese practicando su deporte favorito mientras mejoraba sus conocimientos de inglés. En aquella época ya pertenecía a la cantera del Celta pero había hecho un paréntesis en la temporada por sus estudios.

En el Bacton United no olvidan las habilitades que demostraba con el balón un adolescente con un físico todavía por desarrollar. «Era diferente», apunta Ryan Owens a Sky Sports. El entrenador del primer equipo de esta pequeña localidad inglesa recuerda los entrenamientos de Fer López con los mayores. No se le permitía jugar en los partidos oficiales por edad, pero entrenaba con gente mayor. «Se unía a nosotros en las sesiones de tiro y en los partidillos. Se pasaba todo el entrenamiento metiendo el balón en la escuadra. Tenía un sentido del humor muy particular. Había un jugador al que le hacía un caño tras otro, le encantaba sacarlo de quicio. De camino a casa en el coche, no paraba de reír. Y ese chico juega ahora contra el Real Madrid», explica Owens.

Su amigo Grainger le había pedido que acogiese al chico en sus entrenamiento para que ampliase su formación futbolística. «He visto jugar al fútbol a algunos de los mejores jugadores del mundo. Nunca había visto a un futbolista como él. Era increíble. Desde el primer día supe que iba a ser una superestrella», relata Grainger al periodista Adam Bate, que el lunes publicó un reportaje sobre el paso de Fer López por Inglaterra. «Me quedé alucinado de lo que podía hacer con el balón. Hacíamos tiros libres con una portería pequeña y metía 30 balones seguidos a la escuadra», rememora quien continúa manteniendo contacto regular con el jugador que llegará a la Premier League. «Nunca perdimos el contacto. La mayoría de fines de semana intercambiamos mensajes sobre el partido. Los veo prácticamente todos. Es bastante raro recibir un mensaje de alguien que acaba de jugar contra el Real Madrid», apunta el mejor amigo que el todavía céltico hizo en Stowmarket.

Grainger añade más episodios junto a un Fer López que entonces tenía 14 años. «Una vez estuve con él bajo una lluvia torrencial durante tres horas. Al final me quité los calcetines porque estaba empapado. No había forma de que él parara de jugar. Tenía una dedicación increíble, un ansia de perfección enorme», cuenta. Y muy competitivo,subraya: «Lo puse a jugar en un partido al que asistió todo el colegio. Lo saqué a falta de un minuto para que se llevara un gran aplauso, pues había marcado cinco de los siete goles del equipo. Pero entonces me miró y me dijo: ‘¿Por qué me sacaste? Queda un minuto y podría haber marcado otro gol’».

Entonces, el entrenador inglés buscó nuevos retos para el pequeño futbolista y apareció la oportunidad de entrenar con el Bacton United: «Pensamos que lo endurecería un poco. Lo primero que hizo en el campo fue dar un taconazo, girándose y metiendo un centro que acabó en gol». Ahora, sus viejos amigos ingleses podrán disfrutarlo en el Wolves.

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